El aumento del gasto público en los próximos meses que el Gobierno nacional planea como forma de inyectar recursos para revertir el resultado adverso en las elecciones PASO, generará presiones sobre el tipo de cambio y la inflación, que complicarán las perspectivas económicas para 2022.
Entre las medidas anunciadas, el fuerte incremento del salario mínimo, que habrá aumentado en más de 48 por ciento entre marzo y octubre, puede ser un arma de doble filo con impacto sobre las pymes que deban afrontarlo.
Las conclusiones forman parte del informe difundido ayer por la Bolsa de Comercio de Córdoba a través del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) presidido por el economista Lucas Navarro.
“La apuesta del oficialismo de apelar a la ilusión monetaria fruto de una expansión del gasto público electoral, financiado con emisión monetaria, para intentar revertir la derrota del oficialismo en las PASO, puede no solamente tener un impacto limitado en la actividad económica sino también no guardar relación alguna con las preferencias electorales”, comienza el informe de la entidad.
Respecto al aumento en el salario mínimo, vital y móvil, un alza desmedida “puede generar aumentos de costos laborales que causen efectos no deseados en el mercado laboral, siendo que más del 10 por ciento de los trabajadores formales del sector privado estarían afectados, con más pérdida de empleo y más informalidad”, indica el documento.
Esta situación, señala el informe, se verá más marcada en empleos de empresas de baja productividad que ya vienen con problemas, sobre todo las pymes de sectores muy golpeados por la crisis, como gastronomía, hotelería y otros servicios, donde la incidencia del salario mínimo es mayor que 30 por ciento.