La afirmación fue parte del análisis que hizo Carlos Melconian en el marco de la jornada que organizó el Colegio Profesional de Inmobiliarios (CPI) de Córdoba, a días de la elección. Anticipó que el próximo presidente reestructurará la deuda y habrá un nuevo régimen cambiario
En el marco de la recesión que aqueja a Argentina, a la que se suma la incertidumbre producto del escenario electoral que podría definir un cambio de presidente, el economista Carlos Melconian aseguró que, “gane quien gane, el 10 de diciembre no va a haber plan de estabilidad”.
“Eso se da cuando las condiciones están a ‘punto caramelo’. No puede haber un plan de estabilidad con el gasto público en el nivel en el que está. Seguramente va a haber un programa más, al que lo sucederán otros programas”, aseguró a sólo cinco días de la primera vuelta electoral y en el marco de la Jornada que organizó el Colegio Profesional de Inmobiliarios (CPI) de Córdoba, que lo convocó para que explique cómo será la economía que viene en Argentina.
“Sin la política macro no se va a ninguna lado”, explicó el economista para agregar: “Con Macri llegamos a diciembre de 2019 sin solucionar los problemas de 2015”.
“El gasto público no bajó todo lo que tiene que bajar. Hay tres o cuatro puntos por encima del promedio histórico, porque le dieron jubilación a quienes no aportaron y eso se paga o con emisión monetaria, o con endeudamiento o con más impuestos”, añadió.
Respecto de los intentos de baja del déficit, agregó que -por ejemplo- “el transporte se aumentó, pero todavía se sigue aumentando porque con la inflación, parece el perro que se muerde la cola. Si hay déficit fiscal, alguien lo va a pagar. El gasto no bajó y encima está indexado”, dijo para asegurar que 55% del gasto “va a indexarse con la inflación de este año”.
Respecto de lo que se puede esperar para después del 10 de diciembre, Melconian indicó que el que gane tendrá que reestructurar la deuda y va a implantar un nuevo régimen cambiario. “El control de cambios llegó para quedarse. Dólares no hay más. Por lo que vamos a un control más parecido al de Cristina (Fernández). La brecha con el paralelo se va a ampliar”, indicó.
Consultado por Comercio y Justicia respecto de la posibilidad de que haya más restricciones cambiarias, explicó dijo: “El control para llegar con mayor comodidad debería ser mayor. Si tenés menos control tenés menos comodidad. El argentino no quiere el peso, pasa que la hipocresía argentina sigue hablando como si fuera nada. Uno deja el peso porque se devalúa el trabajo, el sueldo y el problema de eso es la inflación”.
“Si hay mayor demanda de dólares seguramente haya más control cambiario. No importa quién gane. Lo más difícil de hacer es encontrar la estabilidad, lograr bajar la inflación y hacer crecer la economía”, añadió.
En cuanto a la deuda, anticipó que se va hacia una “confrontación” con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el que se negociará lo que quiere Argentina. “Queremos rollover, queremos plata y hay que tener superávit. Es un triángulo difícil de lograr”, dijo y sentenció: “Va a ser fácil si le buscan una solución definitiva y fácil si lo que deciden es un parche”.
La analogía del vómito
El economista volvió a utilizar la analogía del vómito para hacer referencia a la sucesivas crisis que se fueron dando en cada una de las gestiones del pasado reciente: con Carlos Menem, con Néstor Kirchner, con Cristina Fernández. En el caso de Macri, insistió en que lo peor aún no se ha dado, y añadió que “puede venir un veranito pre vómito”.
“Van a emitir para financiar el déficit fiscal, para las Leliq, va a haber ‘una bocha’ de pesos. El problemas de la recesión es la falta de pesos, entonces esta emisión va a dar sensación de bienestar. Acá el escenario puede ser de acumulación de pesos, ahí vendrá la reactivación, pero puede traer inflación que va a necesitar un pacto”, explicó.
Y refirió: “La herencia de 2015 no está resuelta y Macri puso en marcha un plan que no funcionó. Vino la ambulancia con un monto inédito -para hacer referencia al FMI-, pero nada de esto logró cambiar la confianza, la expectativa. Vino la primaria (elección) y de ahí la transición a la que estamos llegamos. Si Macri fuerza la segunda vuelta, se viene una transición distendida hasta el 10 de diciembre. Si gana Alberto Fernández, se verá forzado a decir qué va a hacer. Seguro vendrá más restricción. Luego se irá al Fondo. El programa de estabilidad vendrá con el tiempo, si la política se pone las pilas, soluciona la estabilidad, el crecimiento, la acumulación y la distribución, porque no se puede distribuir lo que no hay”.