El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) ponderó los cambios que el Gobierno pretende implementar en el Impuesto a las Ganancias y que ahora deberá debatir el Congreso.
En ese marco, la entidad examinó la iniciativa en detalle y dieron respuesta a tres grandes incógnitas: quién gana, quién pierde y cuáles son los principales cambios.
En primer lugar, sostiene el informe, el proyecto pone fin a la existencia de deducciones especiales relacionadas a los niveles de ingresos y regresa al sistema lógico, que es el que se aplica en todo el mundo, de mínimos y deducciones generales iguales para todos los contribuyentes que cumplen con los requisitos para su goce y que, por obvias razones, impactan con mayor fuerza en los contribuyentes de menores niveles de ingreso, excluyendo a muchos de ellos del impuesto y reduciendo la alícuota efectiva del resto, logrando así la progresividad del impuesto sin disposiciones arbitrarias que generan situaciones inequitativas y dificultan el cálculo del impuesto.
“Adicionalmente, se establecen dos modificaciones tendientes a reducir la fuerte presión tributaria que el inadecuado ajuste de los parámetros de cálculo del tributo en relación al fenómeno inflacionario, había generado para quienes quedaban alcanzados por el mismo”, señalaron.
Por un lado, se ajustan las deducciones personales, incrementándolas en un porcentaje cercano al 200% respecto a los valores que estaban vigentes para el año 2024. “Esto implica que los empleados solteros comenzarán a tributar el impuesto para ingresos netos mensuales promedio de aproximadamente $1.420.000, o sea un ingreso bruto mensual en torno a los $1.780.000. Pero, además, al ser deducciones generales e incrementarse la correspondiente a trabajadores autónomos, se reduce la inequidad que éstos afrontaban, ya que ahora comenzarán a pagar el impuesto para ingresos mensuales netos de $1.106.000, mientras que en 2023 lo hacían desde ingresos tan irrisorios como $170.000 y en 2024 lo deberán hacer, de no aprobarse la reforma, desde los $408.000, analizaron.
También se restituye la diferenciación entre contribuyentes con y sin cargas de familia, de manera tal que un empleado que puede deducir cónyuge y 2 hijos tributará desde un salario mensual neto de aproximadamente $1.910.000, o un salario bruto en torno a 2.386.000.
Conjuntamente, se ajustan fuertemente las escalas para que, quien quede alcanzado por el impuesto, lo haga a tasas efectivas menores, lo que, para los referentes del Iaraf, es un paso muy importante en la corrección de la distorsión producida por el “achatamiento” que la escala progresiva del impuesto viene sufriendo desde hace años.
Al mismo tiempo es destacable que se mantiene el ajuste automático de las deducciones en forma anual, de la misma forma que los tramos de escala, lo que evita un incremento en la alícuota efectiva por el mero hecho del efecto de la inflación sobre los salarios.
Ganadores y perdedores
Para ejemplificar los efectos que la reforma produciría, el Iaraf comparó los casos de contribuyentes empleados y autónomos de tres niveles de ingreso. Para darle coherencia a la comparación, el organismo consideró sólo a contribuyentes solteros.
Los aportes personales sobre los sueldos brutos se suponen que son del 20%. Se contempla el efecto del SAC. Para el caso de autónomos se supone
un nivel de gastos deducibles tal que el ingreso neto final de cada categoría ejemplificada sea similar al del empleado.
Se mantiene el ajuste automático de las deducciones en forma anual, de la misma forma que los tramos de escala, lo que evita un incremento en la alícuota efectiva por el mero hecho del efecto de la inflación sobre los salarios
Además, se consideran tres tipos de contribuyentes: Empleados alcanzados por la reforma de octubre 2023, empleados no alcanzados por esa reforma (como por ejemplo los directores de sociedades) y trabajadores autónomos.
“Como puede observarse, los empleados que hoy cuentan con los cambios de la reforma de octubre de 2023 tendrían igual o más carga tributaria según su nivel de ingreso”, explicaron.
Otro grupo de personas afectado por este nuevo proyecto corresponde a aquellos empleados que quedaron fuera de la reforma de octubre de 2023. Estos trabajadores reducirían su carga tributaria.
Para los trabajadores autónomos, esta nueva reforma implicaría un descenso significativo de la carga tributaria sobre su ingreso neto. “En este sentido en los tres ejemplos desarrollados un trabajador autónomo vería reducida su alícuota efectiva desde el 12,6% al 0%, desde el 24,3% al 6,6% y desde el 26,8% al 10,6%, respectivamente”, señalaron desde el Iaraf.