La relación es respecto al PIB. La consultora Desarrollo de Negocios Internacionales advirtió de que las ventas externas concretadas durante el año pasado no tenían una relación tan baja desde la salida de la convertibilidad.
Las exportaciones de bienes de empresas argentinas cayeron 12% el año pasado, en comparación con el anterior, ya que pasaron de 81.660 millones en 2013, a 71.935 millones en 2014, según lo que reportaron las cifras oficiales.
Esto demuestra -según el análisis realizado por el director de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), Marcelo Elizondo- “la pérdida de capacidad exportadora de Argentina”, lo que -asegura- no es un problema del último año. “Las cifras no parecen mostrar un suceso sino un proceso”, indicó.
La consultora destaca que a la baja en las exportaciones ocurrida respecto de 2013, se pueden sumar las ocurridas en 2011 y 2012, años en los que las bajas alcanzaron 12.000 millones y 10 mil millones de dólares respectivamente, según lo informado.
“Tres años (2012, 2013 y 2014) con resultados más bajos que los obtenidos en el mejor año registrado hasta ahora (2011) repite un fenómeno que no se veía desde de 1981 y sus tres años sucesivos”, destacó DNI.
“Este hecho coloca las ventas externas argentinas ante la peor situación si se compara la participación de las exportaciones en el PIB”, indicó, y agregó: “Sólo 14,17% del PIB, que representa el peor porcentaje desde que desapareció la convertibilidad”.
En tal sentido, el informe destaca que “no estamos ante un mal año sino ante varios años de pérdida de capacidad vinculativa, productiva y comercial, con el resto del mundo. Alta inflación de costos, atraso cambiario, gravosa presión tributaria, sobrerregulación en la economía, dificultad en el acceso a servicios (desde la logística hasta el financiamiento), conflictividad entre los factores, pérdida de intensidad y efectividad en las acciones públicas internacionales (negociaciones o promoción externas para facilitar el comercio con otros países) han producido baja tasa de inversión, diferimiento de decisiones comerciales, pérdida de productividad y competitividad y reducción de cualidades para los negocios transfronterizos”.
Elizondo cree así que Argentina se encuentra ante al necesidad de reformular “las condiciones de acción de los actores económicos sometidos al comercio internacional. Malos resultados impactan definitivamente en toda la economía”, dijo.
Así, según consideró, una economía que pierde apertura “sufre de empeoramiento de estándares en la oferta de bienes y servicios, menor creación de puestos de trabajo calificados, reducción de la cantidad de decisiones productivas de sus empresas, menor recaudación fiscal y pérdida de la capacidad de acceso a las cadenas globales de producción y comercialización que hoy mueven 80% del comercio mundial (las cadenas globales de producción y comercialización generan 15 trillones de dólares por año)”.
Y concluyó el director de la consultora especializada en comercio internacional: “Y, como consecuencia, sufre escasez de divisas, como Argentina muestra desde hace años (especialmente ante el menor saldo comercial)”. .