Economistas consultados por Comercio y Justicia se mostraron cautos con las proyecciones, aunque coincidieron en que es probable que EEUU tenga que recomponer stocks el año que viene y comprar en el hemisferio sur
Por Cecilia Pozzobon – [email protected]
Lejos de que las retomadas conversaciones para poner fin a la disputa comercial entre Estados Unidos y China -que ya lleva un año- den frutos, el conflicto recrudeció a fines de la semana pasada luego de que Pekín amenazó con “contramedidas” por los planes de Washington de imponer aranceles a importaciones chinas por 300 mil millones de dólares. El fuego cruzado no culminó allí, sino que el lunes China dejó caer su moneda al nivel más débil en más de una década y pidió a las empresas estatales que suspendan las importaciones de productos agrícolas estadounidenses.
En un comunicado publicado este martes en su página web, el Ministerio de Comercio chino informó: “Se ha acordado que la Comisión de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado no descarte gravámenes a la importación a productos agrícolas de EEUU recientemente adquiridos después del 3 de agosto, y las empresas chinas relacionadas han suspendido la compra de productos agrícolas estadounidenses”.
“Esto es un agravamiento de lo que ya hizo China el año pasado, cuando dejó de comprar poroto de soja a EEUU y desvió esas compras hacia Brasil y Argentina”, explicó a Comercio y Justicia Gonzalo Augusto, economista de la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCba).
“En esa oportunidad, el mayor beneficiado fue Brasil porque ellos exportan mayor cantidad de poroto de soja, mientras que Argentina exporta más aceite y harina de soja y lo que compran los chinos es poroto”, añadió Augusto.
Según su percepción, la medida impuesta por el Gobierno chino “puede aumentar la demanda de granos sin procesar en Argentina lo que fomentaría el aumento de los precios de la soja sudamericana en detrimento del grano norteamericano”.
En el mismo sentido se expresó el economista Raúl Hermida, director de la Bolsa de Comercio de Córdoba (BCC) y asesor del Instituto de Investigaciones Económicas de esa entidad empresaria. “En el corto plazo, es decir para la próxima cosecha, es probable que lo que no ha comprado China a EEUU -ya que redujo en 90% las compras aproximadamente-, lo vaya a tener que comprar el año que viene para recomponer los stocks en el hemisferio sur. Por lo tanto, nosotros podemos llegar a tener una prima o sobreprecio con respecto al precio del Golfo de Chicago o de México (FOB) que nos beneficie”, explicó.
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