El Gobierno nacional sostuvo ayer su posición con respecto a los incrementos de precios que se dieron en enero. Como ya lo hizo Boudou días atrás, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, consideró ayer que “no hay un aumento generalizado”, sino que sólo “algunos productos” subieron. En las industrias láctea y cárnica defendieron las alzas que implementaron y el titular de la CGT, Hugo Moyano, consideró que la inflación “no se puede negar”, aunque la interpretó como un efecto de “una economía que se está recuperando de una crisis”.
Fernández negó ayer un alza global. “Inflación es un aumento generalizado de precios, y no es lo que está sucediendo aquí”, indicó. Reconoció la suba en la carne, pero la interpretó ocasionada por “la demanda” del producto y por “la capacidad que tienen los productores de quedarse con los animales para engorde, porque están teniendo un precio de kilo vivo altísimo”.
También la presidenta Cristina Fernández reconoció ayer que “la carne ha aumentado mucho”, pero agregó que ocurrió lo mismo con “el precio que perciben los productores”.
La mandataria interpretó que este producto aumentó “porque ha llovido y entonces (los productores) mantienen la hacienda en el campo para engordarla. Con eso ganan más dinero, pero repercute en lo que (los consumidores) pagan”, comentó en un acto en Ituzaingó.
La industria reconoció las subas. El titular del Centro de Industriales Lecheros, Miguel Paulón, admitió que los productos lácteos sufrieron aumentos de alrededor de 30%, a raíz de la eliminación de las compensaciones que se otorgaban a los productores.
Y el presidente de la Cámara de la Industria de la Carne (Ciccra), Miguel Schiariti, advirtió que los precios de los cortes de carne “no tienen techo” y “seguirán en aumento”.