La obra es fundamental para aprovechar el gas de Vaca Muerta. El tramo que se presentó ayer llega hasta Saliqueló, provincia de Buenos Aires. Hablaron Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa
El oficialismo presentó ayer una obra fundamental para el país y para la campaña electoral, a poco más de un mes de las elecciones primarias. Luego de muchas especulaciones, finalmente hubo una foto de unidad para inaugurar el primer tramo del gasoducto de Vaca Muerta.
El presidente Alberto Fernández, la vicepresidente Cristina Kirchner y el ministro de Economía Sergio Masa compartieron escenario en Salliqueló, el pueblo de la provincia de Buenos Aires donde fue soldado el último caño del gasoducto Néstor Kirchner, una obra que insumió ocho meses y que fue financiado por aportes públicos.
En el corto plazo, lo que sigue es comenzar la licitación, en septiembre, del segundo tramo del gasoducto (que irá hasta San Jerónimo, en la provincia de Santa Fe). Luego se espera poder prolongar el gasoducto para llevar ese mismo fluido al norte del país. Eventualmente, ese gas podría ser exportado a Bolivia y al sur y centro de Brasil. Esto, todavía, está en el plano de lo deseable, sin mayores avances.
Discursos
El primero en hablar fue Massa, quien recordó que en las discusiones técnicas que tuvo en diciembre pasado (en el marco de la tercera revisión trimestral de metas), el organismo pidió al Poder Ejecutivo desestimar la obra por el costo fiscal que podía tener, en un contexto en el que el Fondo Monetario (FMI) buscaba formas de hacer una poda del gasto público.
Así, el oficialismo puso motores en marcha para la campaña presidencial con vistas a las PASO. “El gas de Vaca Muerta va a hacer más barato el gas para las empresas y va a hacer más competitivas a las pymes. Recorremos desde ahora el camino de la soberanía energética y también el de venderle el recurso argentino al mundo. Ése tiene que ser nuestro proyecto de país”, mencionó Massa.
El acto contó con presencia militante del Frente Renovador, el Movimiento Evita y otras agrupaciones, junto con una importante representación de la Uocra, uno de los gremios involucrados en la construcción de los 570 kilómetros del gasoducto. Los principales dirigentes de Unión por la Patria llegaron en helicópteros, de manera separada, y se juntaron para una foto en la que el Presidente y la vicepresidente sostienen la válvula de apertura del último tramo del primer segmento construido del gasoducto, que llega desde Tratayen, en la provincia de Neuquén. De ese modo, todo el peronismo parece confluir detrás de la candidatura de Massa, a la que se llegó tras algunos días de arduas negociaciones.
El presidente dijo: “La industria es la que permite el desarrollo de las naciones. No hay un designio que nos haya condenado a ser el supermercado del mundo, podemos ser el mismo país que alguna vez hizo autos y aviones, que hizo como hoy un gasoducto. No somos un país sin destino, tenemos un destino formidable que hace falta que nos unamos para lograrlo como nos unimos en esta gesta para lograr este gasoducto”.
La vicepresidente, por su parte, tuvo palabras de aliento para el candidato presidencial: “Sergio, te hiciste cargo en un momento muy difícil, muy complejo, fuiste para adelante y eso siempre es bueno. La función pública es 24×7 y si no le ponés empeño, seguro no te sale. Ha llegado el momento de que podamos entre todos discutir en serio sobre las cosas que nos han pasado porque el endeudamiento es muy grande y no crean que nos vamos a salvar exportando commodities, necesitamos margen para invertir en innovación, tecnología, para poder agregar valor y trabajo de calidad y tener buenos salarios”.
Relevancia de la obra
El principal impacto que tendrá el tendido de transporte de gas será en términos de ahorro de importación de energía en los meses de mayor demanda. En ese sentido, en el Gobierno creen que este año se necesitarán unos US$2.000 millones menos para dicho gasto y que en un año completo de funcionamiento del gasoducto esa cifra podría aumentar hasta US$4.200 millones anuales. Eso sucederá porque el gas que se produzca en Vaca Muerta, la principal formación de hidrocarburos de la Argentina, tendrá un alcance mayor.
Actualmente Argentina se ubica en el cuarto lugar en el ránking de países con mayor volumen de reservas de petróleo no convencional, a la vez que posee también la segunda reserva más grande del mundo de gas no convencional, del cual 40% del mismo se encuentra en Vaca Muerta.
Se calcula que los 308 trillones de pies cúbicos de gas que hay en dicho yacimiento representan 193 años de consumo interno de nuestro país. “Este volumen de recursos no sólo nos permitiría suplir el declino de la producción convencional sino también revertir la balanza comercial energética: pasar de un escenario de importación de energía al autoabastecimiento y capacidad exportadora. Algunas estimaciones calculan un ingreso potencial de divisas anual de más de US$37.500 millones de dólares”, afirma la consultora CEPA.
Algunas claves de la obra
A partir de la construcción del gasoducto comienzan a aparecer en el horizonte algunos de sus posibles efectos positivos.
En primer lugar, la obra permitiría sustituir importaciones de combustible alternativo (fuel oil y gasoil) importados para la generación termoeléctrica, fuente de drenaje de divisas desde hace años. En segundo lugar, y vinculado a esto, se podría garantizar el abastecimiento de gas para las industrias argentinas durante el invierno, terminando con la habitual restricción del servicio.
En tercer lugar, se podría ampliar la conexión de gas para usuarios que todavía no tienen acceso. En Córdoba, si bien ya se han terminado las obras de gasoductos troncales, muchas localidades del interior siguen sin tener el servicio.
En cuarto lugar, se generaría un impacto fiscal positivo: la reducción de importaciones permitiría un ahorro de US$3.000 millones anuales en la etapa 1 y US$5.600 millones en la etapa 2. También beneficiaría a las regalías para las provincias productoras.
Además se expande la capacidad exportadora argentina, lo que resuelve la etapa del transporte que hoy resulta insuficiente para el potencial que existe. Eso permitirá ahorrar dólares por reducción de importaciones de gas natural licuado.