El organismo monetario realizó ayer siete subastas que no alcanzaron para satisfacer la demanda de la moneda estadounidense. El radicalismo puso en duda que el FMI vaya a realizar el desembolso
de septiembre. El riesgo país superó 2.000 puntos
Luego de algunos días de tensa calma, el mercado cambiario retomó esta semana el clima de alta volatilidad debido a la incertidumbre económica del país. Así, ayer la cotización del dólar subió 2,54% en el segmento minorista, al cerrar en un promedio de $58,66 por unidad, en una jornada en la que la demanda se mostró más activa y en la que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) fue el principal oferente del mercado, mediante siete subastas en las que licitó US$302 millones.
Vale señalar que las operaciones del BCRA se realizaron con subastas directas y a nombre del Tesoro, según se informó.
Mientras, en el segmento mayorista el incremento fue de 1,83% y la divisa alcanzó una cotización de hasta $56,30, con un volumen total de negocios en el mercado de contado de US$709 millones, monto 78% superior al del lunes.
Específicamente, y como termómetro de la desconfianza existente, el dólar mostró una importante tendencia alcista aunque todavía se ubica por debajo de los máximos alcanzados el 12 de agosto pasado, cuando superó $60 por unidad, una vez conocidos los resultados de las elecciones primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO), en las que resultó ganador el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández.
En cifras, y tomando como base las operaciones concretadas ayer, en lo que va de agosto la autoridad monetaria ya lleva vendidos más de US$1.061 millones con el objetivo de controlar la cotización, aunque esta herramienta -la venta- parece no estar dando el resultado que espera el Gobierno nacional
En tanto, en relación con el programa monetario que implementa la entidad conducida por Guido Sandleris, convalidó una leve suba, de 0,01 punto básico, en la tasa de interés de referencia de las Letras de Liquidez (Leliq), que quedaron en 74,988%.
En este escenario, ayer el riesgo país que mide la JP Morgan superó 2.000 puntos, nivel similar al del año 2001.
Por su parte, el índice accionario S&P Merval de Buenos Aires retrocedió 4,74%, a 24.622,47 unidades como cierre provisorio, liderado por la caída en acciones energéticas y financieras. En la misma línea, los bonos extrabursátiles promediaron una caída de 4%.
Por estos motivos, al cierre de esta edición, el presidente Mauricio Macri se reunía con el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, y el titular del BCRA.
Dudas
También ayer, la Comisión de Economía de la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical (UCR) difundió un documento crítico relativo a la continuidad del acuerdo stand by que el Gobierno nacional firmó con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La misiva manifiesta serias dudas sobre la posibilidad de que éste realice el cuarto desembolso que corresponde al crédito, planificado para mediados de septiembre.
“El esperado desembolso de septiembre no ha sido aún confirmado y lo más probable es que se demore, y que, cuando ocurra, sea por un monto menor a los 5.400 millones de dólares que espera el Gobierno”, previó el documento que lleva la firma de Jorge Sappia, presidente de la Convención de la UCR.
“Otra vez y más allá de las expectativas de campaña de Marcos Peña (jefe de Gabinete), quien apuesta a revertir los resultados, todo indica que sigue el deterioro de la economía real, luego del breve respiro brindado por la relativa estabilidad cambiaria de mayo y junio y las medidas de estímulo al consumo intentadas por el Gobierno, que no impidieron -sin embargo- que continuara la caída de la actividad económica y siguieran cayendo los indicadores socioeconómicos”, advirtió el texto difundido.
En ese sentido, el órgano partidario sostuvo que “sin un verdadero plan económico que garantice el empleo y fomente el crecimiento y las exportaciones genuinas, va a ser muy difícil mantener el clima socioeconómico bajo control”.
“Esto preanuncia dificultades para la cuarta revisión del programa del Fondo, y habrá que ver cómo hace el equipo económico para balancear su obsesión por las metas del programa, con la realidad de una recesión profunda que no va a aflojar, con su secuela de aumento de la desocupación y el crecimiento de la pobreza de los sectores más desposeídos”, se remarcó.
DEUDA
Advierten de la necesidad de instrumentar un nuevo programa de canjeLa perspectiva de falta de acceso a financiamiento voluntario por tiempo prolongado plantea que la posibilidad de atender a los pagos de deuda en los próximos años sea de “cumplimiento imposible en los términos en los que está pactada”, por lo cual un programa de canje de deuda “luce inevitable”, destacó ayer Consultatio, consultora del empresario Eduardo Costantini.
El informe, divulgado a los inversores -replicado por la agencia de noticias Télam-, destacó que existe un escenario con precios de bonos en dólares que -salvo excepciones puntuales- cotizan en el orden de US $50, lo que “se está descontando en los hechos es un default más o menos generalizado, en el que no hay diferencias por plazos o cupones”.
“Un default de estas características no tiene sentido para Argentina dada la estructura y composición de su deuda: con sólo 40% del total de la deuda pública en manos de acreedores privados, cualquier quita factible sobre la porción reestructurable tiene un efecto bajo”, analizó la consultora.
El trabajo, para poder revelar los impactos que tendrían en cada bono distintos escenarios de canje, modeló tres situaciones de posible modificación de las condiciones financieras de los bonos que pueden estar presentes en un canje: una posible extensión de plazos de 10 y 20 años; una quita de capital de 10%, o una quita de intereses de 25%.
Como principales conclusiones, Consultatio estimó que los bonos más cortos son más afectados en un canje que extienda plazos, y los bonos más largos sufren más si el escenario es el de quita de intereses; en tanto que el impacto de una quita de capital es parejo entre bonos.