ESCUCHAREn medio de la discusión generada en torno a la coparticipación total de lo que se recauda por el impuesto a los débitos y créditos bancarios (IDCB), más conocido como el impuesto al Cheque, un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) echó por tierra las especulaciones que algunos gobernadores podrían haber tejido en torno a lo que podría hacerse a partir de que comenzaran a “gotear” los nuevos recursos.
Sería el caso de la provincia de Córdoba, una de las cuatro jurisdicciones que, según el informe dirigido por el titular del Iaraf, Nadin Argañaraz, “saldrían hechas”, es decir, no percibirían diferencia entre el actual esquema en el que reciben transferencias automáticas y no automáticas desde la Nación, y uno futuro, siempre suponiendo que “las mayores ganancias por alrededor de $10 mil millones (para el año 2010) que obtendrían las provincias por la inclusión del total del producido por el IDCB en la masa coparticipable, se vería compensado por el envío de menos fondos a las provincias a través de una contracción en las transferencias no automáticas”.
“Lo que hicimos fue calcular el promedio de lo que percibió cada una de las provincias como asignaciones discrecionales (excepto los préstamos y refinanciaciones de deuda, conocidas como operaciones “bajo la línea”) en los últimos cinco años y obtuvimos un promedio. A partir de allí, y suponiendo que la Nación financiara los $10 mil millones menos que percibiría por la coparticipación total del tributo, con una contracción equivalente de las transferencias discrecionales, calculamos la implicancia que tendría para cada jurisdicción, la reforma en el reparto del IDCB”, explicó a Comercio y Justicia el economista.
“La idea era realizar un ejercicio a partir del cual se pudieran interpretar las posturas que esgrimen diversos gobernadores y legisladores respecto a la conveniencia o no de sancionar un nuevo reparto”, indicó.
Asimismo, y más allá de las provincias que resultaran ganadoras, neutras o perdedoras con una modificación, el estudio demostró que las disparidades entre provincias “no cambiará”, aunque “indiscutiblemente, lo que se lograría es un importante avance en institucionalidad por el cambio hacia un mayor reparto automático de recursos”, se agregó.
Ganadores y perdedores
El ejercicio obtuvo como resultado trece provincias ganadoras: Santa Fe, Corrientes, Catamarca, San Luis, Mendoza, Salta, Formosa, Santiago del Estero, Río Negro, Entre Ríos, Neuquén, Tierra del Fuego y Tucumán; cuatro a las que el cambio les sería indistinto: Chubut, La Pampa, Córdoba y la Capital Federal; y siete perjudicadas: Chaco, Misiones, San Juan, Jujuy, La Rioja, Santa Cruz y Buenos Aires.
Per cápita
Una medida homogénea, según el estudio, de contabilizar la recepción de fondos por parte de las diferentes jurisdicciones, surge de dividir el monto recibido en cada provincia por su número de habitantes.
“Analizando las cifras de la coparticipación per cápita durante 2009, se observaron marcadas diferencias”, señala el informe. Para el análisis, se agruparon las 23 provincias más la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en función del ingreso y la densidad poblacional. De esta manera se pudo observar cómo, para las jurisdicciones más densamente pobladas, el grupo de bajos ingresos recibe por coparticipación per c&aa
