ESCUCHARAsí se refirió Ernesto Cordeiro, propietario de la firma que produce la yerba compuesta Verdeflor, a la negociación que mantuvieron -junto al Sindicato de la Alimentación de Córdoba y funcionarios provinciales- con diputados cordobeses del FpV. Como consecuencia, lograron introducir modificaciones en el proyecto de ley que pretendía imponer el envasado en origen de la yerba mate, concentrando así el proceso en Corrientes y Misiones.
Ernesto Cordeiro es propietario de la firma Cordeiro y Compañía SRL, que produce en Córdoba la yerba mate compuesta Verdeflor, que hasta la semana pasada padeció riesgo serio de tener que cerrar su empresa debido a un proyecto de ley que pretendía imponer el envasado en origen a todos los productos elaborados con yerba mate, concentrando así los procesos industriales en las provincias de Corrientes y Misiones.
En diálogo con Comercio y Justicia, Cordeiro relató las idas y vueltas del proceso y evaluó el resultado.
-¿Cómo se llegó a una situación tal?
-Sabíamos que este proyecto había sido aprobado en 2012 por el Senado. Como posteriormente no tuvo tratamiento en Diputados y contábamos con la información de que dejarían que perdiera estado parlamentario porque la consideraban inconstitucional, monopólico y discriminatorio, nos quedamos tranquilos. Sin embargo, hace un tiempito nos enteramos de que el proyecto comenzaba a avanzar y a tener dictamen en las distintas comisiones de la Cámara de Diputados, por lo que se decidió solicitar una reunión con el secretario de Industria de la Provincia para plantearle el tema. Eso fue hace aproximadamente un mes. Y si bien Guillermo Acosta (funcionario del Ministerio de Industria de Córdoba) nos decía que estaban hablando con los diputados e incluso con los autores del proyecto, nos pareció que no teníamos respuestas lo rápido que esperábamos.
-¿Cree que la presión de los medios jugó un rol importante?
-Cuando el tema llegó a los medios la cosa tomó otro color y fueron los diputados los que comenzaron a llamarnos para informarse. De todos modos, yo creo que el gran click se dio el día viernes 7 cuando se movilizó el Sindicato de Trabaajdores de la Alimentación (STIA). A partir de allí se generó una reunión el día lunes 10, cuando estuvimos las ocho empresas cordobesas afectadas, varios diputados y los represrentantes de la CGT local. De allí nos reunimos con el ministro de Industria, Martín Llaryora, momento en el que se acordó que se haría una gran reunión el día martes en Buenos Aires para ver qué haciámos, porque off the record sabíamos que se aprobaría el miércoles, y en caso de que se aprobara tal como estaba, nosotros o teníamos que cerrar nuestras empresas o trasladarnos a Misiones, lo cual era imposible. En Buenos Aires logramos reunirnos con los diputados de Córdoba del FpV (Frente para la Victoria) y se nos transmitió que había un borrador dando vueltas. Nosotros pretendíamos que las empresas que ya estaban radicadas, más allá de que hiciéramos yerba compuesta o no, quedáramos exeptuadas; pero ellos nos dijeron que ésa no era una opción, que lo que se podía hacer era dejar fuera las empresas que hacían yerba compuesta y las que hacían yerba mate en saquitos trabajando hasta su capacidad máxima de producción, y para aquellas que hacen yerba común se consiguió ampliar el plazo de tres a cinco años para que puedan instalarse en Corrientes o Misiones. Al final de cuentas, se llegó a la conclusión de que era la única opción que nos quedaba porque ellos nos dijeron: “es esto o nada. Mañana la ley se aprueba tal y como está”. Al día siguiente nos reunimos con el autor y ahí se elaboró la propuesta con la modificación aprobada. Ahora va al Senado de nuevo donde es muy probable que se apruebe tal como está.
-¿Le van a hacer un seguimiento?
-Sí, por supuesto. Además, porque parece que hay mucho apuro para sacar la ley y nosotros no sabemos qué tipo de compromisos hay por detrás.
-¿A qué se refiere con esto?
-Sabemos que hay intereses políticos y económicos. Fundamentalmente económicos, porque ese proyecto de ley buscaba generar un monopolio de la yerba mate común, beneficiando a las grandes empresas ubicadas en Misiones y Corrientes. No voy a dar nombres propios pero las dos o tres empresas más grandes eran las más interesadas en que saliera como estaba. El mercado de la yerba mate compuesta representa 15% del total. Y ellos querían quedarse con ese 15%.
-¿Cuánto representan las empresas cordobesas en ese 15%?
-Cuarenta por ciento El restante 60 está entre CBSé y Cachamay, que son de Santa Fe. Pero CBSé está en Frontera, en el límite con Córdoba. Ésa es la líder.
-¿Cuál es la más perjudicada?
-De las ocho cordobesas, a siete no nos afecta en casi nada y a una sola sí, que es Bonafé de Bell Ville. Le toca en un porcentaje importante porque también hace y vende yerba mate común. Al resto nos limita a futuro. Si yo quisiere hacer yerba mate común o en saquitos, no podré. Y acá es importante destacar que todas las empresas aplicamos un proceso productivo, porque compramos yerba mate canchada en Misiones, la molemos, molemos las hierbas, las mezclamos y luego fraccionamos. No es que compramos la yerba y sólo fraccionamos. La de Bell Ville hace lo mismo, con la salvedad de que ella también hace yerba mate común y en saquitos.
-¿Consideran que fue un éxito?
-Nos queda un poco de sabor agridulce porque no conseguimos lo que pretendíamos. Pero tenemos la certeza de que en las condiciones que estábamos, conseguimos la mejor solución. Es importante destacar que todas las “patas” hemos sido partícipes. No hubo nadie que hiciera más que el otro. Acá se juntaron las empresas, los diputados de diferentes partidos, funcionarios, trabajadores y el sindicato. Ha sido una conjunción de esfuerzos y eso es lo que nos llevó al éxito.
