No funcionará prácticamente ningún servicio de transporte, con lo cual la medida afectará notoriamente todas las demás actividades.
Las CGT opositoras de Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, con la adhesión de la CTA de Pablo Micheli y agrupaciones de izquierda, concretarán un nuevo paro nacional sin movilización pero con numerosos piquetes, que afectará en especial el transporte público. Reclaman contra el “techo a las paritarias”, “la inflación” y “la inseguridad”.
La huelga interrumpirá los servicios de trenes y colectivos, el transporte aéreo, la recolección de residuos y los trámites judiciales y también alcanzará estaciones de servicio, hospitales, peajes, puertos, gastronomía, canillitas y panaderos, entre otros sectores. En Córdoba, la adhesión de Unión Tranviarios Automotor (UTA) y Asociación Obrera de la Industria del Trasporte Automotor (Aoita) implicará la total paralización del transporte público de pasajeros urbano e interurbano, lo que repercutirá de modo directo sobre el resto de las actividades.
Si bien será una huelga sin movilización y sin actos, agrupaciones de izquierda dispusieron hacer durante la jornada unos 40 piquetes en todo el país.
Una demostración
En la víspera, Moyano, Barrionuevo y Micheli, junto a los principales dirigentes de las tres centrales opositoras, brindaron una conferencia de prensa en la cual coincidieron en señalar que la medida de fuerza tendrá una “adhesión masiva” y responsabilizaron al Gobierno nacional por posibles incidentes.
Moyano señaló que el paro “será una demostración de que hemos interpretado a la gente”, y resaltó la necesidad de eliminar “el techo” en las negociaciones paritarias, un aumento de emergencia para los jubilados y que todos los trabajadores cobren la Asignación Universal por Hijo.
“Estos reclamos afectan a todos los trabajadores, inclusive los que coquetean con el Gobierno también se ven afectados”, agregó el camionero.
Por su parte, Micheli consideró que la Presidenta “se ha transformado en la vocera de los grupos económicos al plantear la miserable opción de aumentos o despidos”.
“Tienen derecho”
Por su parte, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, afirmó que el paro de los gremios del transporte impide determinar la verdadera incidencia que tendrá la medida de fuerza, pero retomó las palabras de la presidenta Cristina Fernández de la jornada anterior, al afirmar que el Estado garantiza “el legítimo derecho de huelga”.
Mediante una solicitada del Ministerio de Trabajo, el Gobierno minimizó la medida de los sindicatos opositores al afirmar que más de 50 gremios de las actividades industrial, comercial, bancaria, docente y de servicios públicos no adherirán este jueves a ella.
La cartera que conduce Carlos Tomada afirmó que “la mayoría de los argentinos quiere trabajar” y resaltó que entre los sindicatos que no paran están UOM, Uocra, Asociación Bancaria, CTERA, Unión Ferroviaria, telefónicos, taxistas e industrias química y petroquímica.
En Córdoba, en tanto, no adhieren los gremios docentes UEPC y Sadop, el Suoem, el SEP y el Surrbac -que nuclea a recolectores de residuos-.
El líder de la CGT oficialista -que no adhiere al paro-, Antonio Caló, admitió en declaraciones radiales que el paro “va a ser grande”, pero insistió en su rechazo a la iniciativa de sus colegas al considerar que la medida de fuerza es de índole “política”.