ESCUCHAREl indicador que mide la indigencia subió 120,1% frente a marzo del año pasado. Respecto al mes pasado una familia tipo necesitó $191.228 para no ser pobre. Preocupa la situación social por el desfase respecto a los salarios.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer en la tarde de ayer su informe sobre la valorización de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y la Canasta Básica Total (CBT). A partir de lo allí publicado se confirmó que el costo de los productos que integran la primera subió 9% en marzo, lo que determinó que una familia conformada por dos adultos y dos hijos menores necesitó ingresos por $87.719 para no caer en la indigencia.
Por otro lado, el costo de la CBT subió un poco menos, para ubicarse en marzo en el 8%, por lo que el mismo grupo familiar necesitó contar con ingresos por $191.228 para no caer debajo de la línea de la pobreza. El hecho de que la CBA haya aumentado por encima de la CBT significa que aumenta la probabilidad de que familias que ya se encontraban en la pobreza desciendan un peldaño más para quedar debajo de la marca que establece que no se pueden satisfacer las necesidades alimenticias básicas.
El dato ya se preveía desde la semana pasada, cuando se conoció que la inflación minorista en el rubro Alimentos y Bebidas mostró una suba del 9,3% en marzo, por encima del 7,7% que marcó la general.
A partir de estos datos se confirma que la CBA acumuló un incremento de 30,6% en los primeros tres meses del año, contra una inflación general del 21,7% en el mismo período. Cabe recordar que el Gobierno pretendía lograr -a través de los acuerdos del programa Precios Justos- una inflación en los alimentos que se ubique en el 11,6%, lo que quedó muy lejos de los números que registró el organismo de estadísticas y censos.
En tanto la CBT, que mide los ingresos necesarios para pagar alimentos y bebidas, indumentaria y servicios de una familia tipo, subió 25,4% entre enero y marzo.
La diferencia entre una canasta y otra radica esencialmente en que las tarifas de los servicios públicos, el transporte tuvieron menores aumentos que los alimentos.
Pobreza e indigencia
Hace pocas semanas se conoció el informe de pobreza para el cuarto trimestre de 2022, el cual señaló que la pobreza alcanzó al 39,2% de las personas, por encima del 37,3% de igual período del 2021, según el registro del INDEC. Respecto a la indigencia, retrocedió hasta el 8,1% respecto al 8,8 % de igual período del 2021.
Esos números deben compararse con otros de los datos que da a conocer de manera regular el organismo, por ejemplo el de la evolución de los salarios. Se entiende que el segmento de la población más afectado por este tipo de subas es el de los trabajadores informales, aquellos que se encuentran privados de los beneficios del empleo registrado.
El último dato disponible es respecto a los salarios de enero, el que fue publicado el 31 de marzo. En dicho informe se constataba que los sueldos de los trabajadores privados no registrados habían aumentado 72,2% en términos interanuales, muy por debajo de la inflación del período. Incluso si los ingresos hubiesen aumentado en los meses subsiguientes al mismo ritmo que lo hizo el índice de precios al consumidor, la suba del valor de los alimentos por encima del nivel general de precios habría ampliado nuevamente la brecha.
El próximo viernes 28 se conocerá de qué manera evolucionaron los salarios durante el mes de febrero, cuando el embate del precio de la carne empujó con fuerza la inflación general. A partir de allí se podrán empezar a estimar con un poco más de rigurosidad cuáles son los niveles de pobreza actuales, que algunos especialistas sitúan alrededor del 42% para el trimestre enero-marzo del corriente año.
