Entre los principales puntos del proyecto que se discutían en la Cámara Baja están los relativos a la derogación del Fondo del Conurbano y la distribución de 20% de Ganancias -que se derivaba a Anses- entre provincias y Nación. En las inmediaciones del Congreso y en distintas localidades del interior del país se registraron nuevos cacerolazos
La Cámara de Diputados aprobó por amplia mayoría y giró al Senado el proyecto de reforma tributaria, con 146 votos a favor, 77 en contra y 18 abstenciones.
Tras el debate, el oficialismo propuso, como pedían el interbloque Argentina Federal y el kirchnerismo, eliminar los artículos 23 y 24 que obligaban a pagar impuestos a ganancias a cooperativas y mutuales, según anunció el jefe de Cambiemos Mario Negri.
La iniciativa del Gobierno contempla un nuevo sistema de distribución del impuesto a las Ganancias entre la Nación y las provincias, grava la renta financiera y aumenta determinados impuestos internos, como de cerveza y cigarrillo.
Uno de los principales puntos de proyecto es la derogación del Fondo del Conurbano -que se solventaba con el 10 por ciento de Ganancias- y la distribución de 20 por ciento de este tributo -que se derivaba a la Anses- entre las provincias y Nación por coparticipación federal, en tanto que el sistema previsional se financiará con la totalidad de la recaudación del impuesto al cheque.
Otro eje de la iniciativa es la exención del impuesto a las Ganancias a los inversores no residentes, salvo en el caso de Lebac.
En tanto, la propuesta impulsada por el Gobierno recibió significativos cambios, como en el caso de las bebidas azucaradas: se decidió mantener el actual impuesto de 4% a aquellas gaseosas que tienen jugo de limón y de 8% para las analcohólicas, con o sin azúcar.
Otra modificación significativa en la propuesta original fue rebajar a la mitad el IVA a las carnes de pollo, cerdo y conejo, con el fin de permitir que bajen los precios de esos productos alimenticios, de neto corte proteico y claves en la canasta familiar.
Otro de los cambios sustanciales estuvo vinculado con los impuestos internos de la cerveza que -a propuesta del justicialista Diego Bossio- se elevó de 8% a 17%.
Por otro lado, un punto polémico que encendió ayer el debate entre el oficialismo y la oposoción es que la iniciativa indica que las empresas no pagarán aportes patronales hasta una remuneración bruta de $12.000 para 2022; en una escala que comienza el año próximo con $2.400 pesos, prosigue en 2019 con $4.800, en 2020 con $7.200 y en 2021 con $9.600 pesos.
Además, la iniciativa -en su artículo 115- también hace referencia a la telefonía móvil y establece elevar de 4% a 5% la alícuota que grava “el importe facturado por la provisión de telefonía celular y satelital al usuario”.
En el proyecto se mantiene el deseo de las autoridades nacionales de que la reforma sea de carácter “gradual” y que en un plazo estimado en cinco años -para 2022- la presión tributaria caiga en un orden equivalente a 1,5% del PBI para alentar la inversión y la creación de empleo.
Por otro lado, también se propone dispensar a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) de seguir o no con la acción penal, cuando así lo considere, ante una presentación espontánea del contribuyente, y se incluyó una deducción especial para las mutuales de un millón de pesos por los gastos efectuados en servicios sociales para que no sea alcanzado por el impuesto a las Ganancias.
En las calles
Mientras ayer se debatía el proyecto impulsado por el Ejecutivo, en las inmediaciones del Congreso se sucedía otro cacerolazo en contra de las reformas del Gobierno nacional.
La medida de protesta fue replicada en distintas localidades, como la ciudad de Córdoba, según informaron diferentes videos publicados, principalmente por usuarios de redes sociales.