El proyecto del oficialismo logró el apoyo del bloque justicialista pero era fuertemente criticado por los representantes del kirchernismo
Los diputados del oficialismo y del bloque justicialista confiaban anoche en convertir en ley en las primeras horas de la madrugada de la mañana el proyecto de Presupuesto 2018 y otras iniciativas contempladas en el Consenso Fiscal firmado por la Nación con los gobernadores de casi todas las provincias (excepto San Luis), iniciativas que serán enviadas de inmediato al Senado para ser sancionadas la próxima semana.
Si bien el plenario legislativo comenzó a sesionar ayer al mediodía, las dos primeras horas de debate estuvieron dedicadas a repudiar la agresión que sufrió el miércoles el diputado de Evolución Radical, el porteño Martín Lousteau, increpado por manifestantes que rechazaban la reforma del régimen jubilatorio del Banco de la Provincia de Buenos Aires.
De esta forma, a las 14 se inició la discusión específica sobre el proyecto de Presupuesto 2018 -primer punto del temario de la maratónica sesión-que contempla un crecimiento de la economía de 3,5 por ciento, una inflación promedio de 15,7 por ciento, un aumento de la inversión superior a 12 por ciento y el destino de más de 70 por ciento de los recursos al rubro social.
El debate del proyecto fue abierto por el presidente de la Comisión de Presupuesto, Luciano Laspina, quien resaltó que la Argentina “no crecía dos años seguidos desde 2011, ya que este año lo hará tres por ciento y en 2018, avanzará 3,5 por ciento”.
El legislador relevó además, que “a diferencia del pasado, la economía es liderada por la inversión”.
Laspina explicó que el objetivo de estas medidas es “reducir de 4,2 a 3,2 por ciento” el déficit fiscal y aseguró que la política económica busca “reducir impuestos pero manteniendo las metas de solvencia fiscal”.
Por su parte, el diputado Diego Bossio aseguró que desde el bloque Argentina Federal acompañaba este proyecto porque “no se puede dejar a un Poder Ejecutivo sin Presupuesto”.
No obstante, dijo creer cada vez menos “en el presupuesto como herramienta de política económica, dado las facultades de los gobiernos son cada vez mayores”.
Bossio pidió “tener una discusión sobre el déficit fiscal, que es un problema serio de la Argentina”, pero señaló que el “verdadero problema del país es su política monetaria ya que si se sigue favoreciendo a la usura y la especulación, Argentina nunca va a tener un espíritu productivo, industrial y federal”. Por otro lado, con una fuerte crítica al proyecto oficialista, el ex ministro Axel Kicillof dijo: “Estamos tratando un presupuesto viejo, obsoleto y desactualizado” y subrayó que “cuando lo mandaron en septiembre les ocultaron a sus votantes la reforma previsional y tributaria”.
“Es presupuesto de más ajuste, de más tarifazos y menos obra pública y por eso Laspina nos pinta un mundo que no existe”, añadió.
También advirtió que con este paquete de leyes enviado por el Poder Ejecutivo, “les espera un mundo peor a los jubilados, a los trabajadores y a la clase media”.
También en esta misma línea se expresó el diputado Hugo Yasky (Frente para la Victoria – PJ), quien aseguró que “claramente, en este presupuesto, los perdedores tienen nombre y apellido y son los docentes, los jubilados, los pensionados y la niñez pobre. Y esto aparece claramente reflejado en la portada del diario Infobae que, a dos días de haber aprobado acá la reforma previsional, dice que a partir de ahora, los jubilados perderán 30% de sus haberes. Es decir que todos los que nos jubilemos a partir de ahora accederemos a una jubilación más baja”.
Por su parte, Graciela Camaño, del Frente Renovador, dijo que los diputados de esa fuerza votarán este proyecto porque “todos los gobiernos tienen que tener un presupuesto”, pero objetó “la falta de una visión estratégica y que se pretende seguir castigando a las provincias con el látigo y la chequera”.