la Bolsa de Cereales de Córdoba analizó el impacto que puede tener en la producción del cultivo estival el restablecimiento de algunas políticas de comercio exterior vigentes durante el kirchnerismo
La incertidumbre en la que se ha sumido el país desde hace varios meses, potenciada por el próximo cambio de Gobierno, impulsó a la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCba) a monitorear el impacto que puede tener en la producción de cultivos estivales el restablecimiento o no de políticas de comercio exterior que estuvieron vigentes durante la última gestión kirchnerista.
En ese sentido, alertó que “un incremento en los derechos de exportación o la implementación de cupos a los niveles previos de diciembre de 2015, conducirían la rentabilidad del maíz a terreno negativo en casi toda la provincia de Córdoba”.
Así, indicaron que “el nivel actual de precios y las perspectivas para la próxima campaña limitan la capacidad de gravar la producción agrícola sin que la misma incurra en un proceso de descapitalización”.
Para llegar a esa afirmación, el Departamento de Economía de la entidad bursátil analizó la incidencia de una suba en los derechos de exportación y un restablecimiento de cupos, y trazó tres escenarios posibles: el primero de ellos, “el mejor”, contempla el esquema actual de retenciones de $4 por dólar exportado, sin la implementación de cuotas arancelarias (cupos) a las exportaciones. “Esta sería la situación más optimista para el cultivo, especialmente para el maíz temprano, que terminaría con un resultado económico de US$129 por hectárea, esto es 127% superior al obtenido en la última campaña”.
Los principales determinantes de este resultado positivo serían el mejor precio disponible, que resulta de descontarle al precio de exportación FOB los gastos portuarios, comerciales e impuestos (aquí entrarían las retenciones) y la disminución de los costos directos, especialmente aquellos que se ajustaron en pesos.
Hacia abril de 2020 se espera que el precio disponible cotice en US$145 por tonelada, US$12,5 por encima del observado al mismo mes de este año.
De este modo, el resultado para el maíz temprano sería positivo, con una rentabilidad cercana a 21%, esto es 11 puntos porcentuales por encima de la obtenida en la campaña 2018/19. “Es importante destacar que el resultado de la actividad contempla el costo del arrendamiento, incluido en los costos indirectos”, aclaró la entidad.
El maíz tardío (70% del maíz sembrado en la provincia de Córdoba) no tendría la misma suerte. “Si bien el resultado de la actividad terminaría positivo, éste sería sensiblemente inferior al resultado de la última campaña, donde se obtuvo un margen de 13,5%, como consecuencia de los excelentes rendimientos que tuvo el maíz tardío la campaña pasada”, se aseguró.
De esta manera, se espera una rentabilidad de 5,1% para el cultivo tardío, lo que representa una caída de 8,4 puntos porcentuales en comparación a la campaña 2018/19.
En el segundo escenario se contempla retenciones de 20% para el maíz y de 35% para la soja, pero sin aplicar cupos de exportación. Se estima un precio interno del cereal de US$121 por tonelada, US$25 por debajo del precio esperado en el escenario uno debido a las retenciones.
En este caso, la consecuencia más visible sería una reducción del margen bruto a US$361 por hectárea. Por otro lado, si bien las retenciones a la soja implicarían que su precio baje, y con ello los costos de arrendamientos, “esto no alcanzaría para compensar el menor ingreso, y la rentabilidad sería 16% inferior a la del escenario uno, ubicándose en 4,1% sobre la inversión inicial”, se indicó.
Las conclusión se torna negativa al observar el resultado del cultivo tardío. El precio interno sería de US$119, 17,2% menor que en el escenario sin cambios a los derechos de exportación, lo que llevaría a una rentabilidad negativa de 12,6% sobre el capital invertido.
El último escenario planteado es el más pesimista de todos. Implica retenciones de 20% para el maíz y de 35% para la soja, con la incorporación de cupos a la exportación que provocarían una disminución aún mayor en el precio disponible a cosecha.
En este caso, el cultivo del maíz “sería económicamente inviable”, aseguró la BCCba.
“Tanto el maíz temprano como maíz tardío tendrían una rentabilidad negativa de 9,1% y 27,5% respectivamente, lo que equivale a un resultado económico negativo de menos US$52,5 y menos US$160,5 por hectárea, respectivamente”, agregó.
Así, al igual que en el segundo escenario planteado, con la incorporación de cupos a la exportación casi todos los departamentos de la provincia producirían en rojo tanto para maíz temprano como para maíz tardío, pero en este caso con pérdidas incluso mayores.