domingo 24, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Afirman que las exportaciones salvaron la industria frigorífica de una nueva crisis

PRODUCCIÓN. El año finalizaría con una producción de 3,1 millones de toneladas, 1,1% más que en 2018.
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La pérdida del poder adquisitivo de la población motivó la baja de 5% en el consumo de carnes rojas este año respecto del anterior. De no haber mediado la suba de ventas al mundo -que casi se triplicó desde 2016-, el mercado interno tendría sobreoferta y las fábricas, exceso de capacidad ociosa y pérdida de rentabilidad

Un informe de la consultora Farías, que dirige el economista Ramiro Farías, reflejó que el aumento en las exportaciones de carne que ha mostrado el país durante el último tiempo ha salvado la industria frigorífica nacional de una nueva crisis.

En efecto, de acuerdo con los detalles del trabajo, considerando las actividades bovina, porcina y aviar, la producción de carnes rojas en Argentina cerrará el año en torno a 5,93 millones de toneladas, cantidad que muestra un aumento de 3,1% respecto al año 2018.

Sin embargo, el consumo interno bajaría 3,5%, a 4,89 millones de toneladas, como “corolario de una demanda interna debilitada por la caída del salario real, que muestra menor dinamismo que la producción desde el año 2017”, indicó.

Según Farías, lo antes mencionado es uno de los principales factores detrás del “boom” exportador de carnes de Argentina, que prácticamente triplicó sus envíos al exterior al pasar de 430.000 toneladas exportadas en 2016 a 1.140.000 en 2019.

En otras palabras -precisa-, la caída del consumo interno generó un aumento del “saldo exportable”.

Según refirió en el informe, otro de los factores clave es el incremento vertiginoso de las importaciones de carne desde China, acentuado a partir de la aparición de la Peste Porcina Africana en ese país.

“De no mediar este factor, estaríamos frente a un mercado interno con serios problemas de sobreoferta, con una industria en crisis por exceso de capacidad ociosa y pérdida de rentabilidad”, aseguró el trabajo.

El consumo
Según se estima, el consumo per cápita en 2019 concluirá en valores cercanos a 109 kilogramos por habitante, esto es 5% inferior a los 115 kilogramos de 2018. “Si bien este registro es el más bajo de los últimos seis años, es necesario destacar que Argentina posee uno de los índices de consumo per cápita de carnes rojas más elevados a nivel mundial”, recordó Farías.

Así, al observar la composición del consumo de carnes, resalta que el factor de ajuste por parte del consumidor fue la carne vacuna, cuyo consumo pasó de 57 kilos por habitante al año a 51 kilos.

En porcinos, se verifica una caída de 0,2 kilo por habitante al año respecto a 2018; mientras que la carne aviar podrá terminar el año con un incremento de 0,4 kilo por habitante al año.

De esta manera se consolida un cambio en el patrón de consumo del habitante argentino, quien hasta 2015 consumía una mayor proporción de carne de vaca.

“En los últimos 30 años, el argentino promedio aumentó su consumo de pollo y cerdo 30 kilos y 10 kilos, respectivamente, mientras que redujo su consumo de carne de vaca 25 kilos”, indicó el trabajo.

Tipo de carne
En carne vacuna, 2019 puede finalizar con una producción de 3,1 millones de toneladas, es decir, con un leve incremento -de 1,1%- respecto al año previo.

En contraste, el consumo interno sufre una fuerte retracción -10% (245.000 toneladas menos)-, ubicándose en 2,28 millones de toneladas.

El factor que compensa esta caída fue el aumento de exportaciones, que alcanzaría las 850.000 toneladas, cantidad que implica un salto de 51% frente al año 2018.

En carne aviar, producción, consumo y exportaciones aumentarían respecto al año previo.

La producción podrá ser de 2,2 millones de toneladas -aumento de 7%-; y el aumento del consumo es de 4%. Las exportaciones, en tanto, subirían 36% para llegar a 262.000 toneladas.

Finalmente, los indicadores del sector cárnico porcino se mantienen prácticamente sin cambios respecto a 2018: producción que cerraría en 627 mil toneladas frente a las 620 mil del año previo, y un consumo estancado en 660 mil toneladas.

En este caso, las variaciones ocurren en las importaciones, que caen 19% al pasar de 44.600 toneladas a 36.300 toneladas; y un aumento de exportaciones del orden de 18%, al pasar de 23.200 a 27.500 toneladas.

LIQUIDACION
La tasa de extracción bovina (porcentaje de faena de hembras) está en 48,5%, lo que puede estar indicando el inicio de una fase de liquidación de existencias, agravada por la aceptación que posee la categoría vacas en la demanda de China. “Son valores que no se registraban desde los años 2008 y 2009 como respuesta a la política de ROES y retenciones aplicada por el gobierno y a una sequía histórica, que derivaron en una caída del stock ganadero en torno a 10 millones de cabezas”, recordó Farías.

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