La abogacía como un instrumento para el cambio social
Abordar la defensa jurídica de colectivos vulnerabilizados es uno de los objetivos de la Red Argentina de Abogacía Comunitaria. Hoy la integran más de 300 abogados de todo el país que buscan apoyar los cambios que impulsan las propias comunidades
Una sensibilidad diferente a la hora de abordar la defensa jurídica de colectivos vulnerabilizados y el trabajo sinérgico para promover el acceso a derechos y el empoderamiento jurídico de esos grupos y de las personas que pertenecen a ellos son los ejes principales de la Red Argentina de Abogacía Comunitaria (RAAC), que se formó hace poco más de un año.
La Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), junto a otras asociaciones y organizaciones de defensa de derechos humanos, como la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables (Fundeps) y Techo, son algunas de las organizaciones que impulsaron la formación de la RAAC, la cual también se propone enfrentar con estrategias colectivas los grandes obstáculos que existen a la hora de ejercer la abogacía social.
A poco más de un año de su conformación, Natalia Echegoyemberry, integrante del grupo promotor de la RAAC, explicó que ésta está creciendo y la cantidad de profesionales que están participando activamente se ha duplicado.
“Uno puede trabajar sola en un estudio jurídico y aun así tener una perspectiva comunitaria, pensando qué implica en términos de derechos humanos lo que estoy haciendo”.
La RAAC está integrada por abogados litigantes, personas que trabajan en el Poder Judicial y -también- académicos, quienes participan de manera individual o formando parte de alguna organización afín.
“La conformación es muy variada; empezamos siendo 120 y hoy somos 300, la integramos personas de todo el país”, explicó Echegoyemberry a Comercio y Justicia.
La abogada hizo un análisis respecto de la importancia de este tipo de organizaciones: “Al ser la abogacía una profesión liberal, no estábamos acostumbrados a estas cuestiones colectivas, de pensar con otros. Creemos que es importante ir rompiendo esta idea, tenemos que trabajar en conjunto, los problemas complejos se resuelven pensando colectivamente”.
En este sentido, precisó: “La idea es reunir a todos los que están trabajando o quieren trabajar con esta perspectiva comunitaria y hacer una comunidad de aprendizaje; nos reunimos y hacemos ateneo de casos, talleres de capacitación. Es una red muy solidaria, todo el tiempo estamos cruzando saberes”.
“Poder generar esta redes nos sirve mucho para aprender de otras experiencias e ir generando el campo de la abogacía comunitaria y el empoderamiento legal comunitario”.
Asimismo agregó: “Es un espacio donde socializamos los logros y podemos ver qué estrategias funcionaron en un lugar y qué no funcionó en otro. Ahora también estamos tratando de trabajar regionalmente porque no es lo mismo el norte que el sur del país, cada uno tiene problemáticas específicas”.
De esta manera, “la RAAC se constituye como una respuesta colectiva, organizada, con alcance federal, que busca incorporar una mirada y una perspectiva diferentes sobre cómo abordar los grandes problemas que enfrentan las comunidades, personas y colectivos vulnerabilizados, a partir de un enfoque territorial, intercultural, de género y derechos humanos. Buscamos que la RAAC desencadene procesos de empoderamiento y se constituya en una herramienta para apoyar los cambios que impulsan las propias comunidades”, concluyó Echegoyemberry.
Objetivos de la RAAC
Generar alianzas, sinergias y solidaridades entre las organizaciones sociales, profesionales y activistas que trabajan en el campo de la abogacía comunitaria y el empoderamiento jurídico comunitario.
Promover una mayor visibilización de las diferentes experiencias locales vinculadas a la temática.
Llevar adelante una agenda de incidencia en políticas públicas locales y nacionales, vinculada a la abogacía comunitaria y el empoderamiento jurídico.
Incrementar el debate nacional sobre la abogacía comunitaria y su desarrollo como campo disciplinar.
Generar una comunidad de aprendizaje que respete la pluralidad de pensamientos y opiniones, fortalezca el crecimiento comunitario y coadyuve al desarrollo de las capacidades y habilidades de todas aquellas personas que se vinculan con la abogacía comunitaria y el empoderamiento jurídico.