A tres meses del inicio de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, la celebración del evento está en duda.
Toshihiro Nikai, secretario general del Partido Liberal Democrático, sugirió la cancelación de los JJOO.
Los casos de coronavirus se dispararon en Japón. A nivel nacional se reportaron más de 4.000 nuevas infecciones y la ciudad de Osaka, la segunda del país, registró más de 1.100 nuevos positivos el miércoles, el peor escenario desde enero.
Varias regiones niponas -entre ellas, Tokio- volvieron a endurecer medidas restrictivas, como acortar los horarios de trabajo de bares y restaurantes.
Tras las declaraciones de Nikai, el Comité Organizador japonés, el Comité Olímpico Internacional y el Comité Paralímpico Internacional afirmaron que están “completamente concentrados” en lograr que el evento se realice. A su vez, confirmaron el compromiso al respecto del primer ministro, Yoshihide Suga.
El ministro encargado de la campaña de vacunación en Japón, Taro Kono, propició que los juegos se realicen, pero sin espectadores. Hasta ahora, solo los extranjeros tienen vedada la posibilidad de asistir a las competencias.
En diciembre, una encuesta de la cadena pública NHK reveló que la mayoría de los japoneses (más de 70%) se mostró reticente a la realización del evento, previsto para julio, y planteó reprogramarlo o, directamente, cancelarlo a causa de la pandemia de coronavirus.
En ese momento las primeras vacunas ya estaban en el mercado y la “segunda ola” no había golpeado a Europa.
No obstante, los organizadores y los funcionarios nipones descartaron cualquier posibilidad de un nuevo aplazamiento de Tokio 2020, los primeros Juegos Olímpicos de la historia que se pospusieron en tiempos de paz.
En enero de este año, el director Adjunto del Comité Olímpico Internacional (COI), el español Pere Miró, anticipó que se creará una “burbuja olímpica” para proteger a los 40 mil atletas acreditados.
El dirigente aseguró que “desde que se cuelguen la acreditación y hasta que se la saquen” habrá un sistema que los protegerá. “Será como un mundo aislado”, precisó.
Sin embargo, advirtió: “Hoy por hoy podemos decir que los juegos se hacen, pero en este mundo tan cambiante, con agendas que varían de un día para otro, nada es seguro, hay que ver cómo evoluciona todo”.
Poco antes, durante una visita a Japón, el titular del COI, el alemán Thomas Bach, informó que los deportistas no estarán obligados a vacunarse pero que serán “invitados” a hacerlo.
La nueva crisis sanitaria global motivó a varios países, como México y Kenia, a tomar medidas preventivas, y hace semanas comenzaron a inmunizar a los integrantes de sus delegaciones.
En México, las autoridades encuadraron a los atletas que irán a Tokio como “prioritarios” en su campaña de vacunación.
Hasta ahora, Corea del Norte es el primer país que desistió oficialmente de los juegos. El gobierno de Kim Jong-un resolvió que no participará de la competencia que se realizará (o debería realizarse) entre el 23 de julio y el 8 de agosto para «preservar la salud pública de los deportistas».
En Tokio, por lo pronto, los organizadores ya cancelaron un torneo de prueba de waterpolo porque, según se reportó, los responsables técnicos no pudieron entrar a Japón debido a los estrictos procedimientos.
En tanto, la FINA, el organismo rector de la natación mundial, anunció en su web la suspensión de la prueba de la Copa del Mundial de salto prevista para entre el 18 y el 23 de este mes en Tokio e hizo lo propio para la competición de nado sincronizado, que estaba agendada para el 14 de mayo.
Japón gestionó la pandemia mejor que muchos países pero no tan bien como la mayoría de los asiáticos.
Para los Juegos Olímpicos, 15.400 deportistas de todo el mundo entrarán a su territorio, así como decenas de miles de árbitros, expertos y periodistas, y la situación epidemiológica podría complicarse.
Bach ya adelantó que todavía deberán tomarse más decisiones difíciles para fortalecer la seguridad.