A un año de la declaración de la pandemia, UNICEF informó que retrocedieron prácticamente todos los indicadores importantes de la infancia.
Henrietta Fore, directora Ejecutiva del organismo, precisó que el número de niños que pasan hambre, están aislados, son víctimas de abuso, sufren ansiedad, viven en la pobreza y se ven obligados a contraer matrimonio subió.
También detalló que su acceso a la educación, la socialización y algunos servicios esenciales como la salud, la nutrición y la protección mermó. “Las señales de que los niños sufrirán las peores consecuencias de la pandemia durante años son inconfundibles”, alertó.
Paralelamente, de los datos que recabó el organismo surge que a noviembre de 2020, entre seis y siete millones adicionales de niños menores de cinco años podrían haber sufrido emaciación o desnutrición aguda en lo que iba de año, elevando la cifra total a 54 millones de infantes emaciados. Se trata de un aumento de un 14 por ciento que podría traducirse en más de 10 mil muertes adicionales al mes; sobre todo, en África Subsahariana y Asia Meridional.