El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, reiteró que su Gobierno no tiene previsto implementar el “pasaporte sanitario” porque la “libertad está por encima de todo” y cada ciudadano puede decidir si se vacuna o no.
Durante los últimos días, la adopción del también denominado “pase sanitario” fue exigida por diversos sectores científicos, luego de que se detectaran los cinco primeros casos de la variante ómicron de coronavirus en el país, en personas que llegaron desde Sudáfrica o Etiopía: tres en la ciudad de Sao Paulo y dos en Brasilia.
En un acto celebrado en el palacio presidencial, Bolsonaro dijo que la sociedad debe entender que “el virus será para siempre” y que “las vacunas, algunas todavía experimentales, otras no, tienen muchas incógnitas por delante”.
El mandatario citó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y alertó de que “los totalmente vacunados pueden ser contaminados y transmitir el virus y también pueden morir” para justificar su decisión de no imponer la inmunización obligatoria. Bolsonaro, quien se niega a inmunizarse, subrayó que el Gobierno adquirió vacunas para todas las personas que se las quieran aplicar.
“No hagamos de la vacuna un caballo de batalla para intereses políticos”, declaró, y subrayó que nadie puede “ser amenazado con perder derechos o ser despedido por no vacunarse”.
El lunes, Brasil cerró sus fronteras aéreas a seis países de África (Sudáfrica, Botsuana, Esuatini, Lesoto, Namibia y Zimbabue). Acumula más de 614 mil muertos desde el inicio de la pandemia y es la segunda nación con más fallecidos en números absolutos después de Estados Unidos.
Más del 62% de una población total de 213 millones está inmunizada con la pauta completa y se está aplicando una tercera dosis a los grupos de riesgo y a los adultos que se vacunaron hace más de cinco meses.