La fiscal Penal y Contravencional porteña Celsa Ramírez dispuso este lunes el allanamiento del Estadio Monumental para el secuestro de “todos los elementos” que tengan relación con el exceso de concurrencia de público en el superclásico disputado el domingo.
Fuentes de la fiscalía confirmaron que también el Estadio de Vélez Sársfield está bajo investigación pero no está siendo allanado en estos momentos.
El allanamiento es llevado a cabo por el Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ), una suerte de policía judicial de las fiscalías porteñas.
La fiscal dispuso que no participen del operativo las fuerzas de seguridad policiales que normalmente se ocupan de esas tareas.
La decisión tiene que ver con que la Policía de la Ciudad intervino en el operativo que se realizó en la víspera para el regreso limitado del público a los estadios.
La causa, iniciada de oficio por la fiscalía, gira en torno a la presunta violación al artículo 205 del Código Penal, en relación con las medidas de prevención contra el contagio del Covid-19.
Ese artículo es el que establece que “será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la introducción o propagación de una epidemia”.
La orden de allanamiento contempla el secuestro de cámaras de seguridad, molinetes, sistemas de monitoreo y toda la documentación vinculada con el personal del club o contratado que trabajó en relación con el partido ante Boca Juniors.
La fiscalía tiene determinado que desde las puertas de acceso hacia el interior de las instalaciones del estadio, la responsabilidad sobre el aforo es del club organizador.
Las fuentes no descartaron que, como medida preventiva, se pueda ordenar la clausura total o parcial del Monumental.