La Argentina es un país con dificultades para participar en las cadenas internacionales de valor y con escasa generación de éste. Superar esta situación exige no restringir compras externas, que además impulsan las ventas al mundo, afirman. El atraso cambiario supera los 24 puntos, aseguran, «y por eso hace falta más comercio exterior»
Si el país quiere crecer, no pueden limitarse las importaciones, porque hacerlo afecta no sólo la actividad productiva sino también la capacidad de exportar. Es la conclusión a la que arriba un informe en profundidad divulgado en las últimas horas por la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), al que tuvo acceso Comercio y Justicia.
«Analizar las importaciones con espíritu constructivo permite comprender su importancia en la matriz productiva nacional. El crecimiento de la actividad económica y la recuperación de las importaciones mantienen una relación directa, proyectando sus efectos sobre el crecimiento de la industria nacional –principal cliente de la importación–, mejorando su competitividad y oportunidades de exportación y propiciando condiciones de negociaciones internacionales que podrían expandir la apertura de nuevos mercados, la consolidación de los existentes y el equilibro de las tan necesitadas divisas», expresa el informe; que aclara, además, que «esta matriz no sólo se limita a las manufacturas de origen industrial: la importación también tiene un rol destacado en la conformación de los costos agropecuarios y en la actividad agroindustrial, principales generadores de dólares en nuestro país».
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