ESCUCHARLa gira presidencial a Europa tuvo avances hacia el libre comercio entre los dos bloques. Hay sectores industriales que saldrán perjudicados, pero los vinculados con la industria de alimentos ganarán – Javier De Pascuale – [email protected]
La industria agroalimentaria nacional avanza en la definición de la oferta que el Mercosur, por medio de Argentina, presentará en el próximo mes de octubre ante la Unión Europea (UE) con vistas a la firma del tratado de libre comercio (TLC) que se negocia desde 1999 y que sería realidad en el corto plazo, tras los avances en la materia registrados en la gira que el presidente Mauricio Macri realizó esta semana por las principales potencias del bloque europeo.
Unas 30 cámaras del sector, convocadas por el Ministerio de Agroindustria que encabeza Ricardo Buryaile, finiquitan los detalles de la oferta que Macri comprometió ante el presidente de la Comisión Europea, Donald Tusk, y la encargada de Relaciones Exteriores de la UE, Federica Molgherini, el lunes de esta semana en Bruselas.
Las cámaras que representan a todos los rubros exportadores vinculados con productos manufacturados de origen agropecuario se reunieron el pasado 13 de junio en el ministerio para debatir sobre los avances en la negociación del TLC entre los dos bloques. Desde esa fecha, el equipo de colaboradores del director nacional de Relaciones Agroalimentarias Internacionales, Omar Odarda, vienen trabajando con las cámaras empresariales para acordar los criterios que guiarán la redacción final de la oferta que presentará el país ante el Mercosur y que deberá ser consensuada con los paises socios de la región, antes de ser elevada ante las autoridades europeas.
Los tiempos corren y el compromiso sellado por Macri esta semana es que octubre es el mes de las ofertas finales, previo a los encuentros de funcionarios de alto nivel que terminarán de negociar el TLC.
Lo que las cámaras tienen claro es que no pueden “supeditar todo el tratado a los conflictos en carnes y lácteos”, según un representante de un agrupamiento industrial de punta. Laos mencionados son los rubros más sensibles para los productores europeos y es lo que “el lobby de los frescos” ha venido resistiendo en los últimos años, a costa de la pérdida de mercados para la industria nacional de otros rubros.
“Argentina va a fortalecer su capacidad de alimentar al mundo”, pronosticó el ministro Buryaile al término del encuentro de junio con las cámaras. A su lado, los secretarios de Agricultura, Ganadería y Pesca, Ricardo Negri, de Mercados Agroindustriales, Marisa Bircher, comprometían el interés de toda la cartera de impulsar el intercambio con un mercado de 28 paises de alto nivel de ingresos.
“Argentina tiene mucho para dar y en los últimos años ha desaparecido de los mercados internacionales; es el momento de trabajar en conjunto para reinsertarnos en el mundo”, aseguró Buryaile en la oportunidad.
Actualmente, Argentina es el tercer proveedor de productos agroindustriales de la UE, con una participación de cinco por ciento; sólo es superado por Brasil (11 por ciento) y Estados Unidos (nueve puntos).
En un informe reciente, el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) anticipa que un escenario de alza en el intercambio bilateral Mercosur-UE tendría como efecto una reducción de ingresos para el sector agropecuario de la UE, mientras que ese bloque se beneficiaría con mejoras en su sector manufacturero, especialmente los productos farmacéuticos, químicos, maquinaria y equipo y transporte.
“Es un hecho que la UE es más competitiva en segmentos intensivos de trabajo calificado y en productos de alta calidad, lo que genera una comprensible resistencia por parte de diversos sectores de Brasil y Argentina”, dice Silvina Romano, del Celag. En la misma línea, la industria de los agroalimentos tiene todo para ganar, según sugiere ese centro de estudios.
