Un inédito proyecto de generación eléctrica mediante energía solar y eólica, con la incorporación de medidores inteligentes, será puesto en marcha a principios de 2018 en la ciudad santafesina de Armstrong, para mitigar el cambio climático, y reducir la compra de energía producida por fuentes térmicas y convencionales.
El proyecto, denominado Redes Inteligentes con Energías Renovables (Prier) se encuentra en la fase de prueba piloto y es llevado adelante por el Consorcio Asociativo Público Privado conformado por la Cooperativa Eléctrica de Armstrong (Celar), el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y la Facultad Regional Rosario de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Demandará una inversión superior a 30 millones de pesos.
El ahorro y autoproducción energética son las ventajas de este nuevo esquema, que apunta a promover la participación activa del usuario para acercar la generación al consumo, a la vez que diversificar la matriz energética nacional.
“Este proyecto nace en 2013 por una iniciativa de la Secretaría de Energía de la Nación. La idea es utilizar energía solar y eólica con elementos de operación inteligente; esto es, medidores (de energía) inteligentes”, dijo el director de la Oficina Técnica de la Celar, Gustavo Airasca.
Asimismo, Airasca detalló que esos medidores inteligentes o avanzados “cuentan con algunas opciones de telecomando, pueden ser leídos remotamente y tienen capacidad de transmitir información a un punto central de monitoreo y control”.
Airasca explicó luego que el Prier contempla la instalación de sistemas solares fotovoltaicos y aerogeneradores de baja potencia conectados a la red de distribución local.
“Se emplazará una planta fotovoltaica de 200 kilovatios en el parque industrial local, base de un mix de generación distribuida para entregar energía eléctrica a la red de distribución. Las instalaciones de baja potencia, en tanto, serán colocadas en emplazamientos residenciales urbanos y espacios públicos”, añadió.
El ingeniero contó que inicialmente entre 50 y 60 vecinos “tendrán colocados en los techos de sus casas paneles solares y al frente de sus viviendas medidores inteligentes. La idea es contar con abundantes datos a nivel técnico, qué calidad de energía se entrega y cómo impacta en nuestras redes”, agregó.
En otras palabras, Airasca sintetizó: “La red convencional convivirá con la red inteligente y esta última será la encargada de administrar la inyección de energía renovable, integrando la energía eólica y solar en el tendido eléctrico”.
En ese marco, precisó que la energía que producirá cada panel solar instalado en el techo de cada una de las casas cubrirá aproximadamente “60 por ciento del consumo de una familia tipo”. El promedio de cada usuario local “está en 190 kilovatios hora de consumo al mes”, aclaró.