Una encuesta de GlobeScan destaca que, entre los crecientes riesgos materiales, aquéllo ahora está emergiendo como un área central que las empresas deben priorizar
Casi siete de cada diez profesionales corporativos ven la polarización social como un gran riesgo para los negocios. Los riesgos potenciales de una sociedad polarizada son múltiples pero tres áreas principales emergen como altamente asociadas con la polarización: inestabilidad; mayor desigualdad económica y desaceleración; y erosión de la confianza.
Para GlobeScan, el efecto multiplicador de la polarización social en otras áreas de riesgo significa que ya no se puede considerar un asunto periférico para las empresas y se debe abordar de manera proactiva como un componente fundamental de la estrategia general de gestión de riesgos.
Algunas propuestas
El estudio presenta posibles respuestas apropiadas para abordar el riesgo social. En particular, los encuestados consideran que una mejor comprensión básica de las expectativas de la sociedad es la acción más relevante para abordar el tema por las empresas (mencionada en 89%), seguida de un compromiso más proactivo con la sociedad sobre el objetivo corporativo (83%).
Sin embargo, mientras que 84% de los encuestados dice que su empresa tiene un propósito corporativo establecido, quedan algunos desafíos para optimizar su valor. Más de cuatro de cada diez (43%) resaltan una falta de propiedad de este propósito entre los empleados en general, mientras que la capacidad de cuantificar cómo el propósito puede respaldar el resultado final o el capital de reputación también es un desafío (resaltado por 40% y 33%, respectivamente).
Contextualizar la problemática
La plataforma de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) puede ayudar a enmarcar la demostración de un impacto social efectivo más allá del entorno corporativo inmediato. Tres de cada cuatro profesionales de asuntos corporativos (76%) afirman que su compañía ha tomado medidas para alinear su estrategia con los ODS.
GlobeScan explica que existe una brecha entre la voluntad de las empresas de actuar sobre los ODS y su capacidad para medir su contribución.
Las empresas quieren que sus esfuerzos de ODS tengan un impacto, pero falta el acceso a una metodología para evaluar su desempeño real en la entrega contra los Objetivos Globales y plantea un desafío para casi seis de cada diez profesionales.
Más de ocho de cada diez encuestados dicen que su compañía hace un esfuerzo para evaluar sus propias contribuciones a los ODS; sin embargo, sólo tres de cada diez dicen que se miden rigurosamente.