El Índice de Desarrollo Inclusivo mide el desempeño de 103 países en 11 dimensiones de progreso económico diferentes, además del PIB. Esta evaluación valora la gestión sostenible de los recursos naturales y financieros.
El Foro Económico Mundial presentó su Índice de Desarrollo Inclusivo (IDI), una nueva unidad de medida del rendimiento económico nacional como alternativa al PIB que también se centra en la calidad de vida de las personas y en garantizar el futuro de las economías.
Este índice revela que las economías están dando prioridad a políticas que fomenten el crecimiento a corto plazo por encima de la inclusión y la sostenibilidad, a pesar de la preocupación en torno a la desigualdad social.
En los últimos cinco años, a pesar del crecimiento de la economía mundial, la inclusión social ha bajado o se ha mantenido igual en 20 de 29 economías avanzadas, y la equidad intergeneracional ha empeorado en 56 de 74 economías emergentes. El informe sostiene que décadas de priorizar el crecimiento económico sobre la equidad social han conducido a niveles históricos de desigualdad de riqueza e ingresos y han causado que los gobiernos pierdan la oportunidad de entrar en un “círculo virtuoso” en el que el crecimiento permitiera incluir a más personas sin ejercer presión sobre el medio ambiente o sin que esto implicara una carga para las futuras generaciones.
“La dependencia excesiva de economistas y legisladores del producto bruto interno como unidad de medida del rendimiento económico nacional es parte del problema”, agrega el informe. “El PIB mide la producción actual de bienes y servicios, pero no en qué medida estos contribuyen al progreso socioeconómico general que se manifiesta en las rentas medias por hogar, las oportunidades de empleo, la seguridad económica y la calidad de vida”.
Evaluación mundial
El IDI es una evaluación anual que mide el desempeño de 103 países en 11 dimensiones de progreso económico distintas además del PIB. Esta evaluación, que valora la gestión sostenible de los recursos naturales y financieros, se basa en tres pilares: crecimiento y desarrollo, inclusión y equidad intergeneracional.
Según el índice de este año, en los últimos cinco años las 29 economías avanzadas objeto de este estudio han disminuido en “inclusión”, que se mide por las rentas medias por hogar, la pobreza y la desigualdad de riqueza e ingresos, a pesar de aumentar su puntuación en “crecimiento y desarrollo” por encima de tres por ciento.
Los cuatro indicadores que componen el pilar de “crecimiento y desarrollo” del índice son los siguientes: PIB per cápita, productividad laboral, empleo y esperanza de vida sana. En el mismo período, tan sólo 12 de estas 29 economías avanzadas tuvieron éxito a la hora de reducir la pobreza, y sólo ocho experimentaron un descenso de la desigualdad de ingresos. Un dato aún más preocupante: tanto los países ricos como los pobres están teniendo serios problemas para proteger a las futuras generaciones.