ESCUCHARUn estudio relevó escasos niveles de capacidades cognitivas y socioemocionales en el país; éstas son fundamentales ya que serán requeridas por los trabajos menos susceptibles de ser ejecutados por máquinas y robots
Por Carolina Klepp – [email protected]
“Analizamos brechas en habilidades cognitivas y emocionales que son muy necesarias para los trabajos del futuro y encontramos que las brechas son lamentablemente grandes, tanto en la dimensión cognitiva como socioemocional y Argentina no escapa a esa realidad”. Así lo afirmó Lucila Berniell, economista del Banco de Desarrollo de América Latina. Estuvo en Córdoba en el marco del encuentro del Club IFREI del IAE Business School, una red de empresas promotoras de una cultura flexible y de la responsabilidad familiarmente corporativa. Berniell estudia cómo se está preparando América Latina y Argentina para los trabajos del futuro. Los resultados no fueron alentadores y urge tomar medidas para el desarrollo de habilidades del capital humano.
El estudio encontró deficiencias de las más típicas, como la terminalidad educativa. “Argentina tiene un gran problema, apenas 50% de sus jóvenes termina la secundaria. El aporte novedoso del reporte tiene que ver con el lado de las habilidades socioemocionales. Medimos con distintas técnicas el nivel de esas habilidades en Argentina, y en otros 10 países de la región, y encontramos brechas muy grandes. Aquellos trabajos que son menos susceptibles de automatización o que van a ser menos amenazados por las máquinas o los robots son aquellos que demandan altos niveles de habilidades cognitivas y socioemocionales y estamos parados frente al futuro con un stock de habilidades bastante bajos, que a su vez está muy inequitativamente distribuido en la población”, destacó.
El reporte realizado advierte la característica “acumulativa” de la problemática. “Que hoy los chicos no terminen la secundaria no es un problema contemporáneo; que saquen notas bajas en la prueba PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes) no es un problema de hoy sino de arrastre. Por eso promovemos una visión del ciclo de vida y destacamos el rol de la escuela, la familia y el entorno laboral, del barrio y la comunidad en la formación de las personas”, dijo la investigadora.
Cuando se la consultó sobre las mayores dificultades en Argentina, graficó que sólo uno de cada tres chicos alcanza niveles de competencias matemáticas básicas, lo que implica que a dos de cada tres se los considera analfabetos funcionales. “Una cosa sorprendente que obtenemos en nuestro estudio es que hay deficiencias muy grandes en la conceptualización verbal, que es uno de los pilares de la comunicación y del lenguaje. Argentina está peor parada en América Latina respecto a esa dimensión verbal que en la dimensión numérica. Tenemos que apuntalar todo lo que tiene que ver con procesos de comunicación”, detalla.
En cuanto a las habilidades socioemocionales, midieron la perseverancia, la pasión por plantearse objetivos ambiciosos de largo plazo y diseñar planes para cumplirlos. En este punto el país está en niveles medios en comparación con otros de América Latina, pero en autoeficacia y sentido de la responsabilidad está peor. “Y ni hablar cuando comparamos América Latina con países más desarrollados, ahí toda la región está peor parada”, describió Berniell.
La familia es determinante
El estudio observó que la familia es determinante en muchos de aspectos que hacen a la educación más básica, previo a la entrada a la escuela, donde ya encontraron que se abren las brechas de las inequidades. “Los empresarios cordobeses con los que estuvimos están comprometidos y preocupados por encontrar prácticas al interior de sus negocios para que ayuden a sus trabajadores para conciliar mejor el tiempo en casa y laboral y ayuden a tener mejores estilos de maternidad y paternidad que permitan usar el tiempo de mejor manera, de calidad -señaló-. Encontramos que en América Latina los papás y mamás pasan muy poco tiempo de calidad con sus hijos y eso repercute en la educación de esos hijos y en trabajadores más productivos, menos estresados. Hay un desafío que es invertir hoy en ello”.
Proyección
¿Cuál es el ADN del trabajador del futuro?Es difícil imaginar las ocupaciones que no existen pero que van a nacer; por ello, los análisis a futuro se realizan con lo que hoy se sabe de las ocupaciones. “Encontramos que las ocupaciones requieren en conjunto las dos grandes dimensiones: la cognitiva y la socioemocional. Los empleos más amenazados por la robotización son los que requieren bajo niveles de habilidades cognitivas y socioemocionales y el problema está en que América Latina tiene muchos de esos empleos en ese sector de bajos requerimientos.
Tres de cuatro empleos en Latinoamérica requieren bajos niveles de habilidades cognitivas, eso es un problema serio, porque las habilidades que no se usan se pierden y los trabajadores se deprecian. Es un problema circular y grave que Argentina comparte”, advirtió Lucila Berniell, economista del Banco de Desarrollo de América Latina.
Concluyó que lo importante es atender a la adaptabilidad de los trabajadores para que puedan ser readaptados o relocalizados a ciertas ocupaciones. “El problema es cuando no tenemos ciertas adaptabilidades, por eso es importante formar lo básico muy bien para eventualmente en el futuro requerir esa adaptabilidad”, dijo.
