Carolina Castagna y Daniela Bernini idearon OyM, recurso didáctico que mejora el aprendizaje de los niños para orientarse y movilizarse y les da la oportunidad de ser personas autónomas para lograr su inclusión en la sociedad.
Por Natalia Riva – [email protected]
“Todos los días, más de 160 mil niños argentinos con discapacidad visual sienten inseguridad y desconfianza cuando se desplazan por lugares nuevos y desconocidos. Ellos no pueden entender cómo son las dimensiones y cómo es la forma de un espacio por el que se desplazan si antes no reconocen con el tacto ese lugar en una maqueta en 3D y lograr hacerse una imagen mental de cómo es dicho espacio”, explican a Comercio y Justicia Carolina del Valle Castagna y Daniela Bernini, dos diseñadoras industriales quienes crearon un producto didáctico para remediar esta situación y para que los niños puedan tener un desplazamiento independiente. Actualmente, los antecedentes que hay en Argentina sobre estos productos son maquetas armadas de manera artesanal que llevan mucho tiempo de fabricación o son cortadas a láser o impresas en 3D, de altos costos y grandes dimensiones.
Por esto, las jóvenes diseñaron OyM, un sistema de piezas que le permite al padre o docente de niños con discapacidad visual armar de forma muy rápida y sencilla maquetas en 3D del espacio interior que el pequeño necesita reconocer. La maqueta le brindará detalles concretos de las características del espacio por el cual se desplazará y le ofrecerá información acerca de su ubicación, dirección y distancia. “Una vez que el niño reconoció con el tacto dicho espacio y logró hacerse una imagen mental de cómo es, la maqueta se puede desarmar por completo y se puede armar un nuevo espacio interior por el que desee transitar, como su propia casa, las de sus abuelos, tíos, amigos, estabelecimientos educativos, lugares de recreación”, agregan las emprendedoras, quienes utilizaron esta idea como parte de su proyecto de trabajo final.
Además, este juego permite que la maqueta se pueda transportar con el plano armado, por ejemplo, de la casa al colegio. También las piezas presentan cuatro colores contrastantes para que puedan ser utilizado por personas disminuidas visuales (baja visión).
Para diseñar el prototitpo de la maqueta, Carolina y Daniela tuvieron que involucrase en la temática de las personas con este tipo de discapacidad. “Además de leer y estudiar mucho, comenzamos a recorrer escuelas y fundaciones para discapacitados visuales y a contactarnos con docentes y con personas con esta característica para que nos contaran sobre problemáticas o necesidades a resolver. Nos llevó mucho tiempo de investigación y de estudio entender cómo es la percepción de la cotidianeidad que tienen estas personas. Estuvimos más de un año y medio para resolver este producto”, comentan.
El financiamiento, lo que falta
Como sucede en la mayoría de los casos en los que las personas se animan y apuestan a un emprendimiento propio, el problema de contar con el dinero para materializarlo casi siempre esta presente. “Lo que nos falta para poder llevar a cabo el proyecto es el dinero para poder fabricarlo en cantidades en el material correspondiente. Actualmente necesitamos una inversión aproximada de 300 mil pesos. La mayor parte de ella sería para poder desarrollar las matrices de inyección de plástico para las piezas”, explican. Una vez que obtengan el dinero, sólo resta producir y luego comercializar el producto, ya que ha sido validado en el mercado. “Con prototipos funcionales hemos comprobado la efectividad mediante experiencias directas con los niños, docentes y padres. Si bien planteamos como usuarios principales a niños de entre 3 a 12 años ya que la estimulación sensorial temprana ayuda al niño a desarrollar al máximo su potencial de aprendizaje y es necesario que aprendan a orientarse y movilizarse desde pequeños, este recurso didáctico puede ser utilizado por personas con discapacidad visual de cualquier edad”, resaltan.
Con respecto a la comericalización de OyM, las emprendedoras aseguran que la idea es que este recurso didáctico sea un complemento para el aprendizaje en orientación y movilidad. Por lo tanto, la propuesta es que se encuentre en escuelas y fundaciones donde los niños asisten para aprender y que se pueda adquirir en cualquier lugar de venta de material didáctico.
Más aún, se trata de un producto con muy buenas proyecciones de crecimiento ya que “no tiene fronteras”: “a cualquier persona con esta discapacidad le puede ser útil este recurso didáctico”, apuntan.
Por último, sobre la experiencia de emprender, las jóvenes confían en que “si uno cree en su idea o proyecto y es perseverante, seguro va a poder lograr lo que se plantea”.
En pocas palabras
– Idea. “OyM surge como nuestro proyecto de trabajo final, en el año 2014, de la carrera de Diseño Industrial. Teníamos que elegir un tema para poder desarrollar este trabajo y decidimos que estaba muy bueno hacer algo que ayude a los que mas lo necesitan”.
– De qué se trata. “Es un sistema de piezas que le permite al padre o docente de niños con discapacidad visual armar de forma muy rápida y sencilla maquetas en 3D del espacio interior que el niño necesita reconocer, la cual le brindará detalles concretos de las características del espacio por el cual se desplazará”.
Proyecto finalista en el concurso nacional #voslohaces
“Pudimos comprobar que es un producto muy útil”
Junto a otros 30 proyectos, OyM quedó entre los finalistas del concurso nacional VosLoHacés. Organizado por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se trata de un concurso de innovación social que apela al espíritu emprendedor, creativo y proactivo de los jóvenes como agentes de cambio. Busca apoyar sus iniciativas y proyectos para resolver los distintos desafíos sociales de las diferentes ciudades y pueblos de la Argentina.
– Han quedado finalistas en el concurso nacional. ¿Qué significa este reconocimiento y de qué manera les ayudaría ganar el pemio?
– Para nosotras es muy importante ya que mucha gente pudo ver nuestro producto, pudimos comprobar nuevamente que realmente es útil por la cantidad de gente con esta discapacidad. Además, mucha gente que trabaja con estas personas se contactó con nosotras cuando lo veían por las redes sociales para saber dónde conseguirlo o para votar para que podamos llevarlo a cabo porque lo consideraban totalmente útil. También sirvió para que la gente se interiorizara y entendiera que algo que para las personas que vemos es tan normal, para las personas con esta discapacidad es tan difícil… Si bien con el monto que se entrega en premio no podríamos cubrir la inversión entera, sería un gran paso para poder comenzar con el desarrollo del producto”.