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Perón y los gobernadores de Córdoba

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Por Luis Beresovsky (*)

Mientras Juan Domingo Perón fue presidente de la Nación, ningún gobernador de Córdoba (todos de su coalición) terminó su mandato. El 24 de febrero de 1946 se votó en nuestra provincia, como en el resto del país, sin ningún tipo de incidentes, cosa que no había ocurrido en ocasiones anteriores. El triunfo para gobernador y vice correspondió a la formula Laborista-Unión Cívica Radical, Junta Renovadora (al igual que para presidente y vice).
Resultaron ganadores el teniente (RE) Argentino S. Auchter y el ingeniero Ramón Asís que obtuvo 118.000 votos, seguido por la UCR con la fórmula integrada por el ingeniero Antonio Medina Allende y Juan Irós, con 118.477 sufragios, 20 mil votos menos que en 1940, cuando el binomio Santiago H. del Castillo-Arturo Umberto Illia ganó las elecciones.
Esto indicaba que la Junta Renovadora, que se había integrado al peronismo, encabezada en el ámbito nacional por Hortensio Quijano, le había producido una importante quita al partido de Alem e Yrigoyen.
Pero no todas serían rosas para los seguidores del coronel Perón. Tanto los laboristas como los radicales de Junta Renovadora del flamante gobernador querían tener mayoría en el Gabinete. Por este motivo, el 17 de mayo, fecha tradicional para la entrega del poder, se produjo una insalvable división que obligó a Auchter a jurar como gobernador ante el Superior Tribunal de Justicia, por cuanto los laboristas se negaron a dar quorum en la Asamblea Legislativa (cualquier parecido con la actualidad no es coincidencia). En tanto, el vice Ramón Asís asumió la vicegobernación en horas de la noche.

Las diferencias entre ambos partidos que conformaron la coalición triunfante se fueron agravando, al punto de solicitar el 10 de junio de 1947 los laboristas el juicio político al gobernador que se encontraba en Buenos Aires. Éste regresó rápidamente y ordenó la clausura de la Legislatura, pero cuando la policía se disponía a hacerlo, a puertas cerradas y sobre tablas, los laboristas -acompañados por radicales y demócratas- aprobaron la destitución de Auchter, comunicándole la resolución al vicegobernador Asís que desde su domicilio particular formó nuevo gobierno.
Siguiendo atentamente los acontecimientos, el presidente Perón declaró la intervención de la provincia el 13 de junio y envió un comisionado nacional. La misión fue encomendada al abogado Román Alfredo Subiza, quien asumió el 14 de junio de 1947. Hasta ese día, tanto Auchter como Asís se adjudicaban la titularidad del Poder Ejecutivo provincial.
El Poder Ejecutivo Nacional promulgó el 3 de julio la ley por la cual el Congreso dispuso la intervención federal a los tres poderes de la provincia de Córdoba y, dos días más tarde, fue designado para asumir ese cargo el general de división (RE) Aristóbulo Vargas Belmonte.
Para variar, en la historia de nuestro país la inflación y las dificultades económicas causaban estragos en todas las provincias. La nuestra no era la excepción. Se llamaron a elecciones en Córdoba en 1948, imponiéndose la fórmula del ya formado Partido Peronista, con el brigadier (en actividad, para lo cual fue autorizado) Juan Ignacio de San Martín-Bernardo Pío Lacasse.
El 18 de enero de 1949 renunció el interventor, general Vargas Belmonte, siendo reemplazado por Alfredo M. Egusquiza y el 12 de marzo asumieron los mandatarios electos. Durante su gestión se realizó la Convención Constituyente que modificó la Carta Magna provincial, adaptándola a la ya modificada Constitución Nacional.

Debido a la frustrada rebelión del general (R) Benjamín Menéndez -quien fue detenido- y la huida de los pilotos navales hacia Uruguay, Perón nombró ministro de Aeronáutica al brigadier San Martín, por lo que dejó la gobernación de Córdoba en manos de Atilio Antinucci, el presidente provisional del Senado, por cuanto el vicegobernador había fallecido en 1950.
En un clima sumamente convulsionado en la provincia, se convocó a elecciones para el 11 de noviembre de 1951. Nuevamente triunfó el peronismo con la fórmula integrada por Raúl Felipe Lucini y Federico De Uña, que obtuvo 395.342 votos contra 327.627 del binomio radical integrado por Arturo Illia-Arturo Zanichelli. De acuerdo con la nueva Constitución, las autoridades no asumieron el 17 de mayo sino el 4 de junio (día del golpe de Estado de 1943, en el que Perón ocupó los cargos de vicepresidente, ministro de Guerra y Secretario de Trabajo y Previsión).
Pero tampoco Lucini iba a concluir su mandato porque el 16 de setiembre de 1955 se produjo el golpe de Estado conocido como «Revolución Libertadora».
Luego de 18 años de exilio, Perón regresó al país definitivamente el 20 de junio de 1973 y, luego de las elecciones del 11 de marzo del mismo año, en las que triunfó el Frente Justicialista de Liberación, encabezado por el peronismo con la fórmula presidencial Héctor J. Cámpora-Vicente Solano Lima (Conservador Popular).
Luego de la llamada «masacre de Ezeiza», en la que el avión que conducía al líder justicialista debió aterrizar en la base aérea de Morón, renunciaron el presidente y vice. Ocupó transitoriamente la Presidencia de la Nación Raúl Lastiri, el titular de la Cámara de Diputados y yerno del ministro de Bienestar Social y hombre fuerte del gobierno José López Rega.
Esto tras un hecho confuso, por cuanto la presidencia le correspondía al presidente provisional del Senado, Alejandro Díaz Biallet.

Después de las elecciones de septiembre de 1973, la fórmula integrada por Perón y su esposa María Estela Martínez asumió el 12 de octubre.
En Córdoba gobernaba la formula triunfante el 11 de marzo, también por el Frejuli, en segunda vuelta, con 504.786 votos, integrada por Ricardo Armando Obregón Cano y el secretario General de la UTA, Atilio López, que le había ganado al binomio radical Víctor Martínez-Felipe Celli con 493.683 sufragios.
El 28 de febrero de 1974, acusados de ser complacientes con sectores de izquierda del peronismo, el jefe de Policía nombrado por el gobernador Antonio Domingo Navarro depuso el gobierno constitucional y encarceló a sus integrantes, ante la pasividad del Gobierno nacional de Perón.
Este golpe policial se denominó «el navarrazo». El Gobierno nacional designó interventor federal a Mario Dante Agodino (a quien por su ineptitud le llamaban gobernador Anodino). Éste duró poco en el cargo y el 15 de marzo de 1974 Perón nombró interventor a Duilio Rafael Brunello.
Luego de la muerte del presidente, el 1 de julio del mismo año, en septiembre Brunello fue reemplazado por el brigadier (RE) Raúl Oscar Lacabanne, de triste paso por la función en nuestra provincia.
El 20 de septiembre de 1975, Lacabanne le entregó el mando fugazmente al comandante del tercer cuerpo de Ejército, general Luciano Benjamín Menéndez, quien luego le otorgó los atributos de la Gobernación provincial, Raúl Bercovich Rodríguez.
Como vemos, durante los tres períodos presidenciales de Juan Domingo Perón ningún gobernador de Córdoba pudo terminar su mandato, por diferentes razones.
Pero en la mayoría de los casos por profundas diferencias internas.

(*) Periodista

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