ESCUCHARPor Luis Carranza Torres* y Carlos Krauth **
La semana pasada nos conmovimos con la noticia de que familiares de soldados muertos durante la guerra por las Malvinas viajaron a las islas a visitar el cementerio de Darwin, donde se encontraron con los restos de sus hijos, padres, hermanos, sepultados sin ser identificados. Pasaron casi 36 años del final de la guerra, e increíblemente seguían figurando en sus tumbas como “soldado argentino solo conocido por Dios”, sin haberse agotado los medios para su identificación.
Gracias al dialogo entre Argentina y Gran Bretaña, fue posible que un grupo de especialistas comandados por el Comité Internacional de la Cruz Roja, Acompañado por el Equipo Argentino de Antropología Forense pudiera identificar los cuerpos de los soldados argentinos caídos en combate.
El acuerdo que permitió la identificación fue firmado por ambos países en diciembre del 2016, y ejecutado en distintas etapas. La última de ellas fue en agosto del año pasado, con la finalización de la exhumación de los cuerpos enterrados como NN y destinados al proceso de identificación.
Julio Aro, ex combatiente de Malvinas, impulsor e integrante de la fundación “No me olvides”, quien, entre otros, desde 2008 luchó para que la identificación fuera una realidad, al conocerse los resultados del estudio de ADN a los familiares, dijo acertadamente: “Hoy es un día histórico. Muchas veces soñé este momento. Los soldados que le dieron la vida a la patria recuperaron el nombre”.
“Con Malvinas hubo desde hace muchos años ausencia del Estado y éste es un paso que nos eleva como sociedad. Durante años, la sociedad no supo abrazar a sus soldados. Hoy, desde la política, pero sin ninguna utilización ideológica, sino solamente desde el derecho humanitario, venimos a saldar una deuda histórica”, sostuvo el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj.
La disposición transitoria primera de la Constitución Nacional de 1994 expresa: “La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino”.
María Araujo, hermana de uno de los soldados identificados, afirmó que con la visita y la ceremonia que se hizo en Darwin “se cierra una herida y se abre una etapa nueva. Es el comienzo de algo nuevo. El momento que vivimos quedará grabado en nuestros corazones para toda la vida. Ahora pedimos por más viajes porque en el continente quedaron muchas madres y padres que tienen a sus hijos en las islas”.
Un paso enorme se ha dado y se consiguió gracias al dialogo. La historia nos enseña que viejos y grandes enemigos han podido saldar sus deudas luego de sangrientas guerras; vaya como ejemplo la relación entre alemanes con franceses, ingleses e incluso con el estado de Israel, luego de la Segunda Guerra Mundial.
El enfrentamiento y la no comunicación impidieron que pasaran más de 30 años sin que se identificaran a los caídos en Malvinas, el dialogo y el acercamiento entre los países lo hicieron posible.
