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La tormenta de Facebook

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 Por Matías Altamira *

Facebook acaparó las portadas de todos los noticieros del mundo por las revelaciones respecto al uso indebido de los datos de sus usuarios por otra empresa, Cambridge Analytica, que desarrolló una aplicación específica para la red social. ¿Cómo se distribuyen las responsabilidades?
Desde la faz contractual se destacan las siguientes relaciones, en primer lugar, entre Facebook y sus usuarios que está regulada por los Términos y Condiciones de Uso dispuestos en el portal, los que fueron oportunamente aceptados al momento del registro. No obstante, como el usuario es considerado por la ley como “consumidor” y, ante la falta de posibilidad de negociar sus condiciones, cualquier juez puede alterar o declarar inválidas cualesquiera de sus cláusulas. En segundo lugar, se encuentra la relación entre Facebook y la desarrolladora de software Cambridge Analytica, la que también está reglada por específicos términos y condiciones que esta última debe aceptar o rechazar, sin negociar, para ofrecer a los usuarios de Facebook sus aplicaciones. La diferencia con la relación anterior es que ambos contratantes son empresas y se consideran en igualdad de condiciones de negociación. En tercer lugar, se distingue la relación entre Cambridge Analytica y los usuarios de Facebook, que se debe dividir en dos supuestos: a) aquellos que aceptaron descargar la encuesta y cobrar por su respuesta; y b) aquellos amigos de los encuestados que no participaron de manera alguna en ese vínculo. Los primeros son también considerados consumidores; en cambio, los segundos, son terceros perjudicados.

En la primera relación “Facebook-usuarios”, la red social tiene la obligación de arbitrar las medidas técnicas necesarias para resguardar la seguridad y confidencialidad de la información de sus usuarios. Aun cuando éstos aceptaron cederle todos los derechos de propiedad intelectual, a la imagen, al derecho de autor, y cuanto otro derecho pudiere estar en cabeza de cada usuario vinculado al uso de la red social. Esta obligación de cuidado de Facebook se debilita cuando el usuario, en su carácter de Titular de Datos Personales, autoriza al tercero (Cambridge Analytica u otro) a utilizar sus datos, ya sea para responder una encuesta, para iniciar sesión en diversas aplicaciones a través de los datos almacenados en Facebook, así como en cualquier otra gestión similar.
En la segunda relación “Facebook-Cambridge”, la red social debe arbitrar todas las medidas para auditar que la desarrolladora de software cumpla con los estándares tecnológicos de seguridad establecidos, y respete estrictamente las políticas de uso y gestión de los datos personales de los usuarios de Facebook. El hecho de que el usuario haya aceptado los términos de Cambridge no libera a Facebook, porque la relación se genera dentro de y gracias a la red social.
En la tercera relación “Cambridge-Usuarios”, Cambridge celebró un contrato con cada usuario cuyo objeto principal fue realizar la encuesta a cambio de un determinado dinero. Para responder el cuestionario no era necesario brindar acceso a todos los contactos y demás datos personales. Se puede admitir que fueran datos relevantes conocer la ubicación geográfica, el sexo, la edad y cualquier otra información estadística. Claramente Cambridge Analytica se excedió en sus facultades.

Respecto a los amigos de los contratantes, ajenos a cualquier vínculo comercial, tienen tres caminos de acción; el primero contra su supuesto amigo, que autorizó a Cambridge Analytica a acceder a esos datos, porque es la persona que estaba en la mejor posición para evitar el daño, aun cuando del texto del contrato no haya surgido nítidamente el requerimiento. El segundo contra Cambridge Analytica, porque luego de acceder a sus datos, los procesó y para ello era necesario un consentimiento expreso y manifiesto del Titular del Dato, quien no podía ser reemplazado por el usuario contratante. El tercer camino de acción contra Facebook, porque como usuario de esa red social, la empresa permitió por omisión que una desarrolladora de software recolectara sus datos personales sin la correspondiente autorización.
La tormenta de Facebook seguirá un tiempo más, por lo que es esencial que sus usuarios se ajusten los cinturones.

* Abogado, especialista en Derecho Informático.

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