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La reciente evolución del comercio exterior argentino

Por Salvador Treber. Exclusivo para Comercio y Justicia
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Por Salvador Treber

Los problemas derivados de la epidemia de fiebre porcina en China, que ha afectado a por lo menos de 45% de su ganado, ha influido en el volumen de nuestras exportaciones a todos los países del Lejano Oriente.
Durante los últimos 12 años nuestras exportaciones llegaron a niveles nunca antes alcanzados, incluso en su “año-pico” ascendieron a un nivel máximo de US$84 mil millones; aunque con posterioridad se estancaron en alrededor de US$60 mil millones. Por tal circunstancia, en el presente año -pese al clima recesivo que prima en una serie muy importante de países- en muy breve plazo se ha logrado una firme y generalizada reactivación. A este “clima” se suma una cosecha que constituye un récord histórico absoluto, y ello ha motivado que los productores esperen la llegada de muchos mejores tiempos para el sector.
La cosecha de trigo destinada a atender en forma adecuada la demanda potencial externa total requiere afectar no menos de 13,5 millones de toneladas. Además de Brasil, donde se coloca actualmente 40% de aquélla, se ha incorporado el mercado mexicano y se busca hacer lo propio tanto en Asia como África. Tal escenario internacional es para nuestro país de reciente data ya que hace sólo cinco años los envíos a nuestro gran país vecino representaban cuatro quintas partes del total general y muy poco se enviaba a otros países de Sudamérica.
Esto significa que Argentina ha logrado incorporarse a los grandes exportadores de trigo y otros cereales, es decir, compartir a escala ecuménica ese privilegio con Estados Unidos, Canadá y Rusia. Dicha actividad ha permitido generar alrededor de US$3.000 millones y muy probablemente firmes perspectivas de acrecentar notoriamente el volumen además de concretar una amplia diversificación de los mercados. En ambos aspectos se estima que se multipliquen en el próximo quinquenio.

Los nuevos destinos ya caracterizan el momento actual, como es el caso de Cuba, cuyos diplomáticos y técnicos han tomado la iniciativa de comenzar a adquirir dicho cereal en nuestro país luego de reconocer explícitamente el alto nivel que han tenido los primeros envíos. Es evidente su gran conformidad pues subrayaron que piensan en el futuro consolidar y acrecentar las operaciones; lo cual es el mejor estímulo posible para extender áreas e intensificar rendimientos.
En idéntico sentido, México se ha mostrado dispuesto a llegar a ser destinatario habitual de embarques semejantes pues sus molineros se declararon gratamente sorprendidos por la calidad del producto.
No obstante, no dejan de objetar el mayor costo que tienen debido a la incidencia generada por el transporte y la posterior conservación. Tan impresionados se mostraron que ya están ensayando mezclarlo con otros de menor cuantía para abaratar el respectivo producto final y ponerlo a disposición de las familias más modestas. El presidente de la Cámara Nacional Molinera de México admitió explícitamente que están gratamente sorprendidos por la “excepcional calidad del trigo argentino”.y tal elogio se ha convertido en un fuerte estímulo para los productores argentinos.

Las características de la actual producción de trigo
Durante 2018 México importó de Estados Unidos 55% del total de sus necesidades en materia de trigo, por razones obvias de proximidad. Actualmente por las continuas desinteligencias que viene generando Donald Trump, han decidido diversificar sus proveedores y en tal sentido han reconocido que Argentina merece ser considerada entre los países proveedores mejor calificados del mundo. A su vez, en nuestro país se pretende sumar a las remezas no menos de dos millones de toneladas de harina, imponiendo esa pretensión sine qua non.
Paralelamente, se ha formulado un ambicioso programa quinquenal en cuyo transcurso se pretende incrementar el volumen exportable de dicho producto en un equivalente no menor a 30% del total que se produce y se coloca en la actualidad fuera de nuestras fronteras. Por lo tanto, ello significa que están firmemente dispuestos a extender no sólo su área sembrada sino también a elevar muy notoriamente el rendimiento que actual que se logra por hectárea.
Los técnicos y especialistas que trabajan en el área, buscan concretar que todo el proceso desde el momento de la siembra hasta su exportación, deben ser motivo de especial interés. Se viene logrando con señalado éxito en cuanto a la total eliminación de las habituales microtoxinas, que suelen ser muy frecuentes en el caso de otros países sindicados como grandes productores; a los cuales se está exigiendo para que encaren la eliminación en forma total reduciendo espontáneamente los márgenes de tolerancia e incluso han señalado a Argentina como ejemplo a seguir. Estos avances han coadyuvado muy eficazmente en la gestión de selección y preferencia para elegir a nuestro país como proveedor indiscutido.

En cuanto a la posterior y más rentable etapa de su industrialización, se está haciendo el máximo esfuerzo posible para que la demanda incluya la provisión del producto sea acompañado por la adquisición de subproductos semi-elaborados.
En Argentina el consumo interno asciende a cinco millones de toneladas y en la línea de industrialización actualmente se podría incrementar la producción sin tener que requerir la concurrencia de nuevos equipamientos pues actualmente se cuenta con una capacidad ociosa disponible de siete millones de toneladas.

Los nuevos objetivos
Para cumplimentar las metas fijada hasta el año 2021 inclusive, se deberá intensificar la producción de harina pues actualmente 97% se coloca en Brasil y Bolivia. El objetivo fijado para el referido bienio prevé incrementar la exportación de harina en el equivalente a dos millones de toneladas de trigo. A ese efecto debe tenerse muy presente que el mercado africano es mucho más cercano que el asiático y por tanto el transporte notoriamente inferior. Obviamente, el costo dependerá de la medida en que se pretenda extender el radio geográfico de comercialización que, al par del aumento de la producción, deberá alcanzar cada vez mayor calidad y al par exigirá que los diversos productos lleguen a destinos cada vez más lejanos.
La demanda tiende a ampliarse y seguramente se deberá consolidar su presencia mediante un proceso continuado de reequipamiento, adopción de todos los nuevos métodos o procesos que introduzcan sin incurrir en demoras de ninguna especie para encarar la atención de todos los países del mundo.

En el futuro, a medida que nuestro país se afiance como proveedor habitual de alta calidad, se deberá tratar de imponer una amplia inclusión obligada de subproductos tales como panes, galletitas y fideos, que actualmente sólo se exportan a países centroamericanos
En todos los casos la atención de la demanda requiere superar en una etapa previa la actual rigurosa selección previa a su industrialización. Los especialistas estiman unánimemente que las exigencias no variarán en el transcurso el próximo quinquenio y sólo se generalizarán medida en la medida que faciliten el cumplimiento pleno de tales aspectos. No sólo eso; los que no asuman la referida obligación estarán irremisiblemente condenados a desaparecer prontamente del actual mercado ecuménico.
A la producción y elaboración en función de la materia prima constituida por el cereal trigo cabe sumar las relativas al maíz y la soja que, en ambos casos virtualmente multiplican por tres sus respectivos cultivos anuales, siendo nuestro país el tercero en importancia como productor y exportador de todos los precitados cereales a escala mundial.

Los países de todo el mundo se vienen relacionando cada vez más y las distancias se reducen en materia de tiempo por la sostenida introducción de los avances tecnológicos. Algunos países que han encarado decisivamente los referidos procesos de automatización y robotización; la cercana puesta en marcha de la red móvil 5G que aún se encuentra en desarrollo y la introducción masiva de automóviles automáticos que no requerirán conductor y responderán a un sistema electrónico que está en etapa experimental.
No cabe ninguna de la próxima década en tal sentido revolucionará las actuales condiciones de vida, exigirá que los técnicos en todas las especialidades se aggiornen. Sin embargo, pese a que los procesos se automatizan, la producción e industrialización del trigo y otros cereales para a atender la alimentación humana no surgen como una próxima realidad.

Comentarios 1

  1. ESO LO ADVIRTIÓ CHURCHILL CUANDO DEMANDABA CREAR LA ONU A FINES DE LOS 40s. GLOBALIZACION ES JUSTAMENTE ESO……
    CHOCOLATE POR LA NOTICIA………!!! LO DICEN EN EL SECUNDARIO

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