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Cierre de año crítico y perspectivas

Por Salvador Treber. Exclusivo para Comercio y Justicia
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En los distintos escenarios mundiales -en crisis-, pocos elementos alimentan algún grado de optimismo como probabilidad para 2014, dado que la finalización de 2013 coincide con la notoria baja en la actividad general, que no presenta factores ciertos de reactivación.

Por Salvador Treber – Exclusivo para Comercio y Justicia

Los últimos datos relativos al área más comprometida del planeta, la Unión Europea (UE), eran esperados con notoria ansiedad pues mencionaban la existencia de algunos signos de una incipiente reacción que llevaría, en poco tiempo más, a la recuperación plena.

No obstante, la información concreta desdijo tales presunciones y, por el contrario, mediante los indicadores que abarcan los 28 países que la constituyen, se verificó con gran decepción que el número de desocupados absolutos ha llegado a la cifra récord de 27,5 millones de personas.

No sólo eso: en septiembre de 2012 aquéllos representaban 11% de la población económicamente activa, pero a principios de diciembre ppdo. ese índice había ascendido a 12,2%, lo cual significa que en apenas 14 meses se sumaron 1,12 millón de personas a esa tan temida circunstancia.

Dentro de ese contexto, las condiciones más dramáticas asuelan el “área del euro”, que reúne a 17 países, pues los “parados” ya llegan a 19,7 millones y en este colectivo 3,74 millones son jóvenes menores de 25 años de edad.

Se puede advertir y diferenciar el esquema “casi normal” de los países del centro y norte del continente, localizándose las realidades más comprometidas en todo el sur bañado por el mar Mediterráneo.

Entre aquéllos, los que presentan mejores perspectivas se distinguen Austria, cuyos desocupados sólo alcanzan 4,9% de su población económicamente activa; seguida por Alemania con 5,2% y Luxemburgo 5,9%.

Por el contrario, las condiciones más apremiantes se verifican en Grecia y España (27,2%), donde proporciones superiores a la mitad de sus jóvenes sufre esa afligente situación. En los últimos meses ha sido Chipre la economía que dio la nota pues se precipitó una paralización muy pronunciada en forma imprevista.

A fines de 2012, el nivel de desocupados era ya alto (12,9%); pero según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el 2 de diciembre, habría subido en un breve lapso a 17,9%. Los analistas han quedado algo desconcertados y se esfuerzan para lograr indicios relativos a cuáles serán las circunstancias decisivas que en cada caso llevaron a ese punto culminante.

Uno de los temas más discutidos es el nivel, o virtual “techo”, que debe inducir el Banco Central Europeo (BCE), con sede en Bruselas, al índice anual de desvalorización monetaria que, sin mayor consulta, se afanan por hacerlo permanecer debajo de 2% anual. Los más críticos sostienen que, de esa forma, extienden los efectos recesivos; aunque sus defensores insisten en que se trata de una condición que preserva el mediano plazo.

La llamada “zona euro” presenta en la actualidad una tasa media de expansión negativa de 1,6%, pese a que Alemania, el miembro más poderoso, sigue creciendo, aunque lentamente (+0,3%) debido a las cuantiosas exportaciones que concreta a destinos ubicados fuera de esa área.

En cambio, su natural socio y vecino Francia sigue debajo de la línea (-0,1%) sin poder recomenzar el ascenso. Obviamente, Italia, España y Grecia son los que tienen el cuadro más comprometido, siendo vigiladas muy cerca por la conducción ortodoxa de Bruselas que prefiere mostrarse rígida con todos, sin excepciones de ninguna índole.

No obstante, resulta paradójico -y hasta curioso- que los europeos adopten un esquema generalizado tan restrictivo, mientras en Estados Unidos la Reserva Federal opta por generar en forma permanente una superior liquidez para acortar los plazos de la recuperación.

El escenario estadounidense
Tratándose de la primera potencia mundial, el hecho de que al cierre del presente año esperen que la economía crezca apenas 1,7% y que la tasa de desocupación mantenga su actual tendencia descendente, pues está situada en 7,2% (en algún momento fue de 9,7%, equivalente a 16,2 millones de desocupados), proporciona un moderado grado de tranquilidad -aunque en el tercer trimestre hubo cierta recuperación-.

Pese a ello, este indicador es muy discutido ya que alegan que no hubo tantos progresos sino que más de tres millones de asalariados y cuentapropistas han dejado de ser oferentes activos en el mercado actual de trabajo.

Cabe advertir de que para absorber la oferta anual adicional de mano de obra se requiere que la actividad productiva avance a un ritmo de 3%, razón por la cual parte de ella se mantiene insatisfecha. En la actualidad, se distingue como prioritaria y en gran escala la explotación de “combustibles no tradicionales” (esquistos), cuyos yacimientos localizados hace poco tiempo son los más importantes del planeta.

Su adherencia a rocas, en estado sólido y a gran profundidad, obliga a utilizar una metodología especial a la cual en dicho país se venía apelando desde la década de los años 80 (siglo XX). Ella consiste en inyectar arena con agua a gran presión con el objeto de desprender el mineral, licuarlo y gasificarlo “in situ” para la ulterior extracción en este último estado. Las perspectivas son de tan relevante magnitud que ya han delineado un cambio total en la política seguida en esa materia.

Hasta el momento, Estados Unidos venía importando el equivalente a 40% de petróleo y gas tradicionales para atender su consumo, procurando reservar en la medida posible los yacimientos situados dentro del país. Los nuevos hallazgos modifican sustancialmente esa estrategia y lo ha transformado en potencial gran exportador. Estiman que alcanzará para cumplir esa función durante no menos de 30 años, revirtiendo la composición del balance de pagos y sus saldos.

La segunda “novedad positiva” está relacionada con los resultados de la cosecha 2013/14. Surge en primer lugar el volumen excepcional de la cosecha de maíz, que asciende a 355 millones de toneladas, la cual acompaña con una recuperación casi total la de soja (86,3 millones de tn).

Obviamente, ello la convierte en principalísimo protagonista de los embarques a todo el mundo -al margen de atender plenamente la demanda doméstica-.

Contando con los precitados factores tan favorables, el hecho de que el conjunto de la economía no reaccionara en más alta medida y que las autoridades no hayan dado explicaciones de ninguna índole hace colegir que en el resto del circuito interno sigue privando una tendencia recesiva que viene reiterándose desde 2008, manteniéndose sin mayores variantes las expectativas para 2014.

El retroceso de Japón
Luego de concluida la Segunda Guerra Mundial y con el transcurso de cuatro feraces décadas (1950/90) no sólo borró todos los vestigios del conflicto y las dos bombas atómicas que cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki sino que logró erigirse en la segunda potencia mundial. En algún momento ofreció formalmente a Estados Unidos constituir una dupla para, en conjunto, dominar el mundo. Sin recibir respuesta alguna, su primer ministro advirtió de que no renunciaban a ese objetivo que les llevaría “algunos años más”, pero que lo alcanzarían solos…

En los años subsiguientes a 1992 sobrevino a escala mundial una de las conocidas crisis de mediano plazo características del sistema capitalista, que Estados Unidos logró superar al cabo de tres duros años, aunque Japón no pudo hacerlo en forma plena hasta la fecha.

El Departamento de Pronósticos Económicos del FMI ya lo había desplazado en 2010 al tercer lugar, detrás de China; al mismo tiempo que anticipaba mediante una proyección hasta 2016 que sería relegado por India; lo cual ya ha sucedido.

Se trata de un país constituido por una multitud de islas que, en conjunto, cubren una superficie total de 378 mil km2. En 1990 contenía 123,5 millones de habitantes; que para 2008 pasaron a ser 127,7 millones y para fines de 2015 el Banco Mundial estima que irremisiblemente descenderán a 125,3 millones; es decir, perdiendo 2,4 millones en sólo siete años.

Ese proceso se debe a que son cada vez menos la cantidad de nacimientos respecto a las defunciones; lo cual gravita dramáticamente el ritmo con que viene consumándose el proceso de envejecimiento.

Resulta obvio que siendo apenas 13% los niños menores de 15 años que cubren ese segmento de la pirámide poblacional (la relación más desfavorable del orbe por lo baja) y 65% los de entre 15 y 64 inclusive, se verifica que 21% corresponde a la franja que cuenta con 65 años o más. Por lo tanto, el mencionado debilitamiento de su capacidad laboral irá acentuándose cada vez más por el simple transcurso del tiempo.

Esa angustiosa realidad se ratifica en forma rotunda por el hecho de que los nacimientos y fallecimientos registran el mismo índice anual (9 por mil). Apenas 4% de la población activa está afectada a tareas rurales y sus costos son ocho veces superiores a los de productores eficientes de otros países.

Si bien se los ha respetado, las últimas decisiones apuntan a cerrar esa brecha antieconómica.

La actividad industrial, mediando una tendencia descendente, ocupa 35% de los varones y 27% de las mujeres; por encima de ella, asume una relevancia superlativa el área de “servicios” que no cesa de incrementarse, provee puestos laborales a 59 y 77%, respectivamente.

Alarma en el presente y futuro de Brasil
Nuestro gran vecino y virtual “socio” no sólo constituye el país más poblado sino la mayor economía de América Latina.

Será a mediados de 2014 sede del Campeonato Mundial de Futbol, que ha ganado en cinco oportunidades, y en 2016 de los Juegos Olímpicos, acontecimientos ecuménicos de gran significación que se supone favorecerán todas las actividades en general. No obstante, a juzgar por lo que se percibe, las perspectivas no son tan halagüeñas.

El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística sorprendió el 3 de diciembre ppdo., incluso a los especialistas mejor informados, al divulgar un importante descenso.

Nadie esperaba una merma superior a 0,2% y ella trepó a 0,5% respecto del segundo precedente, menos aún que la inversión marque un retroceso de 2,2% y las exportaciones 1,4%, estos indicadores son los mas desfavorables después de los habidos en el primer trimestre de 2009; siendo el sector productivo el que exhibe la peor performance pues el agropecuario sufrió una reducción de 3,5%.

La presidenta Dilma Rousseff, el ministro de economía, Guido Mantega, y el de Industria, Fernando Pimentel, aún sostienen que cerrarán 2013 con un incremento del PIB de alrededor de 2,1%, pero los analistas más reconocidos ubican ese pronóstico en un pobrísimo 1%.

Argentina ya siente los efectos inducidos pues ha bajado desde octubre la demanda de automotores en forma drástica (85% de nuestras exportaciones) Además, en un año de elección presidencial, una eventual caída general en la actividad económica puede ser bastante conflictiva.

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