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Farmacias venden casi 20% menos: en cuatro años, cerraron más de mil

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Un “combo” letal sumió al sector profesional-comercial en una crisis de sobrevivencia que muchos no superaron. Denuncian, además, una deuda de la obra social de jubilados por más de $1.200 millones que quedará para el próximo Gobierno

Por Javier De Pascuale – [email protected]

El deporte argentino del momento -el debate sobre si el resultado de las políticas del gobierno de Mauricio Macri fue buscado o, por el contrario, fue la inesperada consecuencia de errores e incapacidades- se aplica particularmente a la actividad farmacéutica.
Es sabido que parte del “mejor equipo de los últimos 50 años” fueron los CEO que montaron las grandes cadenas farmacéuticas argentinas y los abogados de los grandes laboratorios, dato que favorece la primera de las opciones. Lo cierto es que en los cuatro años del gobierno que se va cerraron más de mil farmacias en el país y el sector, al igual que tantos otros, sobrevive a fuerza de respirador artifical.

De acuerdo con los datos del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar), si bien la crisis fue permanente desde abril/mayo de 2016 hasta ahora, hubo dos grandes oleadas que barrieron con centenares de comercios de expendio de medicamentos. La primera fue en entre mediados de 2016 y de 2017 y la segunda fue desde el segundo semestre de 2018 hasta nuestros días. El relevamiento de la organización nacional confirma 500 farmacias desaparecidas entre julio de 2018 y julio de este año, es decir que el ritmo de cierres de persianas se agrava.

“Las farmacias se están fundiendo porque venden 18% menos de lo que vendían un año atrás, cerraron 500 farmacias y hay pérdidas de empleos en el sector. Es tremendo porque es una realidad que tampoco les conviene a los laboratorios nacionales”, titular del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos. En la provincia de Córdoba, según datos del Colegio de Farmacéuticos local, se registró más de 10% de esos cierres. Sólo en 2016 se perdieron 40 comercios, fenómeno que continuó con sus oscilaciones en el resto del período, aunque con un relativo freno en los últimos meses. Según la estimación de Georgina Rinaldi, vicepresidente de la organización profesional, la situación probablemente se equilibró porque después de los disparos de precio de 2016 y la crisis consecuente de los años subsiguientes, los comercios con las cuentas más comprometidas ya abandonaron la actividad. Los comercios que quedan ya se disciplinaron en un nuevo esquema de costos y ganancias que les permitió sostener a duras penas el giro comercial hasta que la situación se modifique. “Trabajamos más pero ganamos menos”, graficó claramente la dirigente.
Sucede que los farmacéuticos enfrentan un cóctel explosivo de disparo inflacionario, escalada de precios en los medicamentos, menos ventas y consecuente caída de la facturación. A ello se suma el combo letal que cruza a todo el comercio -caída de consumo, alzas de costos, de impuestos, alquileres y salarios pagos-. Sólo que los profesionales farmacéuticos trabajan en una actividad con tradición de precios y margen de ganancias regulados. Regulados por la histórica lucha entre los fijadores de precio, los laboratorios, y el agente de la redistribución, el estado. Un estado que con Macri no sólo se retiró del control de precios sino que actuó -como PAMI- avalando los precios más altos de los laboratorios más grandes.
A ese cóctel debería sumarse la deuda que la obra social de los jubilados tiene con sus prestadores farmacéuticos. “Hoy llega a 1.200 millones de pesos y hay temor de que la dejen para el próximo gobierno”, precisó Peretta.

“En el país hay 230 laboratorios. Pero sólo 25 de ellos, los más grandes, son los que manejan el mercado. Fijan precio, abusan de su condición dominante, mantienen un comportamiento oligopólico. Estamos hablando de Bagó, Roemmers, los más conocidos. Son pulpos nacionales e internacionales con tasas de ganancia de mil por ciento”, reveló Peretta. Según un estudio del Centro de Economía Política Argentina (Cepa), los precios de los 50 principales medicamentos se dispararon 8,7% el mes pasado, casi triplicando el índice de inflación de octubre que fue de 3,3%, lo cual habla de una mayor presión en el alza del costo de vida sobre los adultos mayores, el sector de la población que más remedios consume. “Vienen aumentando el doble que la inflación. Lo vienen haciendo en los ultimos años, cuando uno lo deja equilibrado al mercado, aumentan abusivamente, protegen sus intereses, aumentan por las dudas. Ha sido peor en los últimos meses, porque han venido haciendo un colchón, se están cubriendo por un próximo congelamiento de precios para cuando asuma el nuevo Gobierno”, afirmó el dirigente sectorial.

Inflación inflada

– Los precios de los 50 principales medicamentos se dispararon en octubre 8,7%, casi triplicando el índice de inflación de ese mes que fue de 3,3%.
– Si se considera el caso de los 10 medicamentos que más aumentaron el mes pasado, el incremento llega a 15,7%, con casos de subas que llegan a 21,9%.
– La inflación en remedios entre mayo de 2015 y octubre de 2019 alcanzó 457% en venta al público y de 297% en el precio que pagan los afiliados al Pami. El poder adquisitivo de la jubilación mínima se retrajo 23,4% entre septiembre 2015 y el mismo mes de 2019.

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