ESCUCHARSe trata de Rubén Benítez y Néstor Durán. Ambos estuvieron a cargo de la seguridad del fiscal el 17 de enero de 2015, el día anterior al hallazgo de su cadáver
Dos de los cuatro ex custodios del fallecido Alberto Nisman apelaron los procesamientos dictados en su contra en diciembre por el juez Julián Ercolini en la causa por la muerte del fiscal.
Se trata de los ex custodios Rubén Benítez y Néstor Durán, incriminados en el caso junto a sus pares Armando Niz y Luis Miño y al informático Diego Lagomarsino.
Benítez está procesado por supuesto incumplimiento de deberes de funcionario público y encubrimiento agravado, con un embargo de 500 mil pesos.
Junto a Durán -procesado por incumplimiento de deberes y embargado por 50 mil pesos-, fue quien custodió a Nisman durante la jornada del 17 de enero de 2015, el día anterior al hallazgo del cadáver del agente con un tiro en la cabeza en el baño de su departamento de Puerto Madero.
Las dos apelaciones y lo resuelto por Ercolini en la causa -incluida la conclusión de que Nisman fue asesinado- será revisado por la Sala II de la Cámara Federal, integrada por los jueces Martín Irurzun y Eduardo Farah, luego de la feria.
Benítez era el custodio más antiguo del fiscal y, al igual que Durán, había declarado como testigo en la investigación, pero luego Ercolini los citó a indagatoria como imputados.
El juez los procesó porque entendió que posibilitaron la concreción del hecho ocurrido entre la hora 20 del sábado 17 de enero y las 10 del domingo 18, “cuando una o más personas -aún no identificadas- ingresaron al departamento donde residía Nisman, lo redujeron y trasladaron al baño y le dispararon con el arma de Lagomarsino”.
Perímetro
En tanto, sostiene que el 17 de enero los custodios se retiraron en varias oportunidades del edificio y dejaron a Nisman “solo y desprotegido”, violando la normativa que les imponía mantenerse en el perímetro del lugar.
En su momento, Benítez aseguró que Nisman le había pedido un arma en los días previos a su muerte, por temor. “Tal novedad debería haber sido comunicada a sus superiores; ello, derivado de la obligación de informar a su cargo, no sólo para que sus jefes pudieran disponer respecto de un pedido de tales características sino también para proveerle a Nisman lo necesario a los efectos de que se sintiera y estuviera realmente seguro”, analizó Ercolini al procesarlo.
