Dictan preventiva para la banda del “Meteoro” Suárez

Este está acusado de ser el jefe de una asociación ilícita. Con sus habilidades informáticas, concretaba operaciones con tarjetas de crédito rurales y adquiría grandes cantidades de agroquímicos que luego introducía en el mercado. Logró escaparse tres veces de prisión

La Fiscalía del Distrito 1 Turno 1º, a cargo de Enrique Gavier, ordenó  la prisión preventiva  a los integrantes de la banda liderada por Víctor Ignacio «Meteoro» Suárez (43) , quien fue capturado por la policía de Córdoba en febrero pasado, luego de haberse fugado de una cárcel mendocina.
Tras una extensa investigación, Gavier entendió que Suárez era el  jefe de una asociación ilícita detrás de una aceitada e ingeniosa  maniobra dedicada a adquirir de manera fraudulenta productos agroquímicos a distintos comercios ubicados en todo el país.   Aprovechando sus conocimientos como ingeniero en sistemas, Suárez cometía los fraudes desde la celda donde se encontraba detenido. La maniobra consistía en obtener datos de tarjetas de crédito de diferentes usuarios y, mediante llamados telefónicos y correos electrónicos falsos, engañar a los comercios, haciéndose pasar por un ingeniero a cargo de alguna firma dedicada al rubro agropecuario. De esa manera, adquiría productos agroquímicos por sumas millonarias, los que luego ingresaba en el mercado.
Para coordinar la logística que implicaba el traslado, depósito y venta de los productos, conformó una banda con Arturo Osvaldo Emiliozzi y Salvador Gustavo Mobilia, empresarios de la provincia de Buenos Aires. Ellos se encargaban de contratar camioneros, hacer confeccionar la documentación falsa para poder trasladarse por las rutas del país, buscar lugares para depositar los productos y, finalmente, venderlos.
Según consta en la investigación,  el fraude comenzó en el año 2015.  Suárez junto con el resto del grupo, algunos cuya identidad aún resta determinar, adquirieron, traficaron y pusieron en el mercado enormes cantidades de agroquímicos, principalmente de glifosato de diferentes marcas, por cifras  millonarias. Los productos eran puestos a la venta, tanto por canales informales como por comercios utilizados como fachada para encubrir su verdadero origen, generando ramificaciones por todo el territorio nacional.
En todos los casos, los datos utilizados estaban relacionados con las tarjetas de crédito «Agro» o «Rural», producto que emiten las entidades bancarias para canalizar exclusivamente las compras de insumos agropecuarios dado los elevados montos que se manejan.
Todos estos elementos llevaron al fiscal Gavier a ordenar que tanto Suárez como Mobilia y Emiliozzi permanezcan detenidos con prisión preventiva, mientras que para las personas que recibían y vendían los productos, algunos de Córdoba y otros de Buenos Aires, dispuso que recuperen su libertad bajo caución real por una cifra cercana a un millón de dólares.

La Fiscalía del Distrito 1 Turno 1º, a cargo de Enrique Gavier, ordenó  la prisión preventiva  a los integrantes de la banda liderada por Víctor Ignacio «Meteoro» Suárez (43) , quien fue capturado por la policía de Córdoba en febrero pasado, luego de haberse fugado de una cárcel mendocina.
Tras una extensa investigación, Gavier entendió que Suárez era el  jefe de una asociación ilícita detrás de una aceitada e ingeniosa  maniobra dedicada a adquirir de manera fraudulenta productos agroquímicos a distintos comercios ubicados en todo el país.   Aprovechando sus conocimientos como ingeniero en sistemas, Suárez cometía los fraudes desde la celda donde se encontraba detenido. La maniobra consistía en obtener datos de tarjetas de crédito de diferentes usuarios y, mediante llamados telefónicos y correos electrónicos falsos, engañar a los comercios, haciéndose pasar por un ingeniero a cargo de alguna firma dedicada al rubro agropecuario. De esa manera, adquiría productos agroquímicos por sumas millonarias, los que luego ingresaba en el mercado.
Para coordinar la logística que implicaba el traslado, depósito y venta de los productos, conformó una banda con Arturo Osvaldo Emiliozzi y Salvador Gustavo Mobilia, empresarios de la provincia de Buenos Aires. Ellos se encargaban de contratar camioneros, hacer confeccionar la documentación falsa para poder trasladarse por las rutas del país, buscar lugares para depositar los productos y, finalmente, venderlos.
Según consta en la investigación,  el fraude comenzó en el año 2015.  Suárez junto con el resto del grupo, algunos cuya identidad aún resta determinar, adquirieron, traficaron y pusieron en el mercado enormes cantidades de agroquímicos, principalmente de glifosato de diferentes marcas, por cifras  millonarias. Los productos eran puestos a la venta, tanto por canales informales como por comercios utilizados como fachada para encubrir su verdadero origen, generando ramificaciones por todo el territorio nacional.
En todos los casos, los datos utilizados estaban relacionados con las tarjetas de crédito «Agro» o «Rural», producto que emiten las entidades bancarias para canalizar exclusivamente las compras de insumos agropecuarios dado los elevados montos que se manejan.
Todos estos elementos llevaron al fiscal Gavier a ordenar que tanto Suárez como Mobilia y Emiliozzi permanezcan detenidos con prisión preventiva, mientras que para las personas que recibían y vendían los productos, algunos de Córdoba y otros de Buenos Aires, dispuso que recuperen su libertad bajo caución real por una cifra cercana a un millón de dólares.

Una larga historia de fugas
El “meteoro” Se hizo famoso por sus ingeniosas maniobras para escapar

Víctor Ignacio «Meteoro» Suárez es ingeniero en sistemas, recibido en la UTN de Rosario. Se hizo famoso por sus múltiples escapes de la cárcel. En total se fugó tres veces, todas con particulares estrategias que han llegado a incluir desde máscaras a una silla de ruedas modificada.
La primera vez que escapó fue en 2013, de una alcaidía de Rosario, donde estaba detenido por estafas. Volvió a fugarse en agosto de 2014, como en una película, «Meteoro» ideó una coartada con un cómplice, quien ocupó su lugar en la celda, mientras él huyó caminando por el sector de visitas del más antiguo penal mendocino, la cárcel de Boulonge Sur Mer: usó un DNI falso.
Tras otra fuga, fue detenido a los pocos días y alojado en el penal de Almafuerte. En octubre de 2016 había hecho un intento por escapar: usó una increíble máscara de látex con la cara de un anciano, anteojos, bufanda, vendas y un bastón, pero fue descubierto por un guardia a metros de tomar la calle.
El 24 de enero de este año, su nuevo intento no fracasó: descubrieron que se había escapado del penal de Almafuerte cuando hicieron el recuento de presos y no lo hallaron en su celda. De acuerdo con las investigaciones y las cámaras de seguridad que se revisaron después, el recluso huyó en una silla de ruedas, camuflado con bolsas debajo de un cómplice que había ingresado al penal en horario de visitas.
Tras una investigación para establecer si recibió ayuda del personal penitenciario, varios jefes resultaron sumariados.