Daño moral a trabajador por trato irrespetuoso sobre su condición sexual

El tribunal interviniente concluyó que el destrato que directivos del gremio donde trabajaba dispensaron al demandante debía ser compensado por los padecimientos que le ocasionaron La Sala 6ª de la Cámara del Trabajo de Córdoba rechazó el planteo de nulidad del despido realizado por la ex patronal Asociación de Trabajadores Argentinos de Centros de Contacto respecto a un ex empleado del área de Prensa. Sin embargo, al quedar contundentemente acreditado el trato irrespetuoso e indigno con el cual se dirigían hacia el demandante sus superiores, el fallo ordenó el pago del daño moral ocasionado. [privado] Para así decidir, el tribunal analizó que la cesantía del actor no se produjo por el motivo discriminatorio indicado en su condición sexual sino por controversias gremiales dentro de la institución, En el caso, L. A. C., quien se desempeñó en el gremio demandado cumpliendo tareas de colaboración, producción y asesoramiento en el área Prensa y en elaboración de proyectos para los afiliados, así como en el manejo de las distintas redes sociales de la entidad, accionó, pretendiendo la declaración de nulidad del despido dispuesto el 7 de junio de 2017 atento a considerarlo discriminatorio por su condición sexual. Asimismo, interpuso medida cautelar a fin de que se lo reinstale en su puesto y el pago de salarios devengados desde el distracto. Al resolver, la Sala integrada por los vocales Nancy El Hay –autora del voto-, Silvia Vitale y Ricardo Agustín Giletta, luego de evaluar la prueba rendida, sostuvo que se infiría el trasfondo de índole político gremial en la decisión rupturista, pues conforme a lo depuesto, “deriva real la actitud hostil, amenazante, de sesgo patriarcal e irrespetuoso por parte de F., conducta absolutamente reprochable, pero que no puede ser considerada fuente o motor del despido dispuesto, por cuanto que la discriminación propiamente dicha en relación a C., no fue caracterizada por los declarantes”. En ese sentido, el fallo precisó que los presupuestos tenidos en consideración para ordenar la reinstalación como medida cautelar - fuertes indicios de discriminación, según se estableció anteriormente- que determinó la presencia de verosimilitud, perdieron virtualidad en el proceso, al detectarse que la entidad demandada conoció de la denuncia a F. y B. ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), días después de decidir y comunicar fehacientemente el despido sin causa, “según se determinó y enfatizó con anterioridad”. Además, el tribunal consideró acreditada la presentación de proyectos relativos a la defensa de género, el día anterior a la notificación del distracto, según fecha reconocida en la vista de la causa por la testigo G. También surge que el punto relativo a prevención y lucha contra el VIH/SIDA y enfermedades de transmisión sexual, ya estaba en práctica, con su intermediación, completando allí pasos formales, lo cual resta motivo a la desvinculación laboral. Otro de ellos es el efectuado la creación de una secretaría, área o departamento de Derechos Humanos y Género, razón aislada y única, que “no obtiene entidad para sustentar la figura, teniéndose en mira que es de competencia de la CD la decisión al respecto, y sin aval, nada podría efectuar C. desde el lugar que ocupaba en la entidad, por lo que no aparece como motivo de peso discriminatorio para la rescisión”. En consecuencia, la Sala concluyó que “de las manifestaciones vertidas por los deponentes, no es viable detectar argumentos en favor de la descalificación del actor fundada en su sexualidad, ameritando la nulidad del despido; de aquélla se infieren, como se reseñó, discusiones y conflictos de índole política dentro del ámbito gremial-institucional, entre las que el trato dispensado a los trabajadores -relatado por G., E., M. quien debió requerir auxilio psicológico-, es un elemento más, que sacado de contexto -en el caso de C.-, no obtiene la protección legal reclamada”. Términos Luego, el tribunal sostuvo que ante la contundente demostración del destrato denunciado por C. al demandar, es de advertir que el uso de términos o epítetos como los esbozados en la audiencia oral, provenientes de F., con la carga de ofensa agresiva, no puede ser soslayada en la instancia. En tal sentido, los jueces entendieron que expresiones como “puto competitivo”, “puto trabajador”, “se culiaba al secretario de Prensa”, “el puto que quería el cargo o que era muy competitivo”, más insinuaciones en el sentido de querer besarlo (al trabajador) o la “cargada” constante dirección de su inclinación sexual, resultaban modos de referirse al laborante que “exceden todos los límites exigibles a los sujetos del contrato de trabajo, en respeto de las obligaciones normativas de rigor”. En esa dirección el fallo señaló que los “principios constitucionales y normativa legal vigente (Tratados Internacionales con jerarquía supralegal -art. 75 inc. 22 C.N.-), en el marco del respeto que toda persona merece, independientemente de su raza, nacionalidad, religión, caracteres físicos, instrucción, capacidades y en el caso del sexo o género, sea: Lesbiana, Gay, Bisexual, TravestiTransexual-Transgénero, Intersexual o Queer (LGBTIQ)”, así lo imponen. Asimismo, la Sala aclaró que carecía de razón, como intentó la demandada a través de testigos, justificar la utilización del término “puto” porque así lo había hecho C. con relación a sí mismo, ante el respeto aludido que debe primar en toda relación y, básicamente, en la de poder superior en la que se encuentran las autoridades del gremio en cuestión respeto del empleado, conducta atribuida, “dista con creces del ‘respeto y trato más que correcto al que alude esa contendiente en el responde”. En definitiva, en el fallo se resolvió: “Habiéndose reclamado en el escrito inicial, el rubro daño moral, se estima el resarcimiento aludido en el 50% del monto establecido con sustento en la nulidad del despido, ante la conclusión arribada”, agregando que “se tiene en cuenta la conducta amenazante, irrespetuosa y reprochable de la empleadora -ya referenciada-, provocando la afectación de derechos del laborante, entre los que se destacan su dignidad, pudor, intimidad, honor, exigen protección tutelar”. Autos: "C., L. A. C/ ASOCIACIÓN DE TRABAJADORES ARGENTINOS DE CENTROS DE CONTACTO", expediente N° 6465384 [/privado]

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