Simbólica baja de tasas del BCRA por menor “inflación subyacente”

La autoridad monetaria redujo medio punto el interés para el tramo corto de letras. Justificó la decisión en una desaceleración de precios de productos básicos -excluyendo tarifas-. No obstante, dijo que la situación requiere “prudencia” y sugirió que seguirá con un costo del financiamiento elevado. Economistas consultados por este medio opinaron sobre la medida. [privado] El Banco Central de la República Argentina (BCRA) redujo la tasa de corte de la Lebac a 35 días a 37,5 por ciento, medio punto porcentuual menos que el interés convalidado desde el 8 de marzo pasado. La decisión, calificada de “simbólica” y por ahora “apenas una señal” por economistas consultados por Comercio y Justicia , se adoptó luego de cotejar informes que muestran “una baja en la inflación subyacente de abril respecto de marzo”. En tanto, la autoridad monetaria dejó inalterado su corredor de tasas de pases activos y pasivos a uno y siete días. La determinación tomada por el titular del Central, Federico Sturzenegger (foto), era aguardada con alguna expectativa luego de las diferentes posturas que trascendieron, dentro del equipo económico del presidente Mauricio Macri, respecto a los efectos en la actividad en general de una política con tasas elevadas. “Aunque se espera que la inflación de abril de la ciudad de Buenos Aires sea elevada por la incidencia de los precios de los servicios públicos, diversas fuentes oficiales y privadas que el BCRA sigue semanalmente muestran una baja en la inflación subyacente de abril respecto de marzo”, señaló anoche en un comunicado el propio BCRA. “Por lo tanto, este martes (por ayer), la autoridad monetaria decidió reducir la tasa de corte de LEBACs de 35 días a 37,5% y dejó inalterado su corredor de tasas de pases activos y pasivos a uno y siete días. El efecto monetario de la licitación de LEBACs fue contractivo en $ 201 millones, que se suma a una absorción por operaciones en el mercado secundario durante la última semana de $4.165 millones, para un efecto contractivo total de $4.366 millones”, explicitó. El comunicado prosiguió respecto a que la “reducción de la inflación subyacente ha implicado una suba de la tasa de interés real esperada. La baja de la tasa nominal busca limitar el aumento del sesgo contractivo de la política monetaria”. No obstante, concluye, “a pesar del descenso de la inflación subyacente la situación sigue recomendando prudencia. Por ejemplo, en el mes de mayo la suba del precio de los combustibles incidirá en la tasa de inflación. El balance de estos factores induce al BCRA a mantener el actual sesgo contractivo de su política monetaria”, indicó el documento. “Es apenas una señal. Habrá que esperar las próximas licitaciones. Por ahora es sólo simbólica, no va a cambiar nada. La inflación sigue siendo alta”, indicó a este medio el titular del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) de Córdoba, José Simonella. Por su parte, Gastón Utrera, de Economic Trends, coincidió con Simonella y agregó que difícilmente el BCRA vaya a cambiar en el corto plazo su política de tasas altas. “Los precios siguen elevados más allá de que la inflación ‘nucleo’ haya mermado. Además, hay un presidente de la autoridad monetaria que tiene una posición muy asumida respecto a la política contractiva vía tasas para frenar el dólar primero y la inflación ahora”, dijo. En tanto, fuentes del mercado financiero consultadas por Comercio y Justicia señalaron que una baja de medio punto en la tasa “no cambia nada”. “La tasa activa va a seguir alta. Los bancos no van a modificar su política hasta que haya una clara señal desde el Central”, revelaron. La inflación “subyacente” a que refiere el BCRA tiene relación con los precios desregulados, particularmente los que integran la canasta alimentaria, que excluyen tarifas. El Central considera que una política de tasas altas contrae el circulante y evita el corrimiento al dólar y evita una suba de precios. Con todo, esa política causa, por contrapartida, un elevado costo del financiamiento para las empresas y para los particulares. En la práctica, desincentiva la inversión y, por el contrario, activa una “bicicleta financiera” con fuertes ganancias para quienes ingresan en esa dinámica. [/privado]

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