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Fernández confirmó que reperfilará la deuda y abogará por un pacto social

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Admitió que habrá que renegociar vencimientos. “Para honrar la deuda, primero hay que generar los dólares, exportar y recrear el consumo”, resumió. Defendió los superávits gemelos, pero no habló de reformas y ajuste. Cauto apoyo empresario

El candidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández, reconoció que “en estas condiciones Argentina no puede pagar la deuda” y dijo que, si bien van a honrar los compromisos, se deberán negociar los vencimientos por delante.
En ese marco, el postulante dijo que la clave será volver a crecer para generar los recursos necesarios para poder afrontar los pagos pendientes. La estrategia se complementa con la necesidad de recrear el consumo interno, como elemento indispensable en el esquema de país que planea en caso de ser Gobierno.
Fernández disertó ayer en un almuerzo organizado por la Fundación Mediterránea que se desarrolló en el Holliday Inn ante unos 500 asistentes, la mayoría empresarios.
Además, hubo una nutrida concurrencia de dirigentes políticos, entre ellos varios ministros del gabinete provincial. Sin embargo, no estuvo el gobernador Juan Schiaretti, ausente por otro compromiso.

De cualquier manera, la presencia de los ministros Ricardo Sosa, Osvaldo Giordano, Sergio Busso y Walter Robledo, además del secretario de Transporte, Gabriel Bermúdez, y su par de Planeamiento y Modernización, Alejandra Torres, además del presidente de Bancor, Daniel Tillard, dejó en evidencia la trascendencia que le dio el Gobierno provincial al desembarco de Fernández en Córdoba, más allá de la prescindencia de Schiaretti en las próximas elecciones.
En cuanto a los empresarios, hubo de todo. Desde los popes de la Mediterránea hasta “segundas líneas” de diferentes ramas de actividad.
No faltaron gremialistas, entre ellos José Pihén y el candidato a diputado por el Frente de Todos, Pablo Chacón, además de diputados nacionales y postulantes por la lista kirchnerista como Eduardo Fernández. También otros referentes como el ex intendente de Córdoba, Daniel Giacomino.
El candidato a presidente ingresó pasadas las 13.30 al auditorio. Inmediatamente después, el economista jefe del Instituto de Investigaciones Económicas (Ieral) de la Fundación, Marcelo Capello, trazó un panorama de la realidad del país y del escenario con que se encontrará el futuro presidente.
Capello puso énfasis en la necesidad de apuntalar las exportaciones como forma de generar los ingresos indispensables para poder atender la deuda pero también para lograr el crecimiento del país e insistió en volver a recuperar los denominados superávits gemelos, el fiscal y el de cuenta corriente.

Reestructuración de deuda de 2003
Acto seguido, el candidato a presidente asumió el protagonismo y se despachó con dos referencias de arranque para lograr la adhesión del auditorio.
Por un lado, recordó a Carlos Sánchez, ex presidente del Ieral y, por otro, ponderó el análisis de Capello.
Inmediatamente después abordó el tema de la deuda y dijo que es un “enorme condicionante” para quien deba gobernar el país.
“Cuesta entender cómo nos pasó”, aseguró para luego ironizar y señalar que “ha sido magnífico cómo nos endeudaron”.
Fernández repasó la reestructuración de deuda que encaró el gobierno de Néstor Kirchner tras la salida del default de 2001 y dijo que el proceso hoy es imposible de repetir.
“Aquella deuda incluía pasivos generados en el proceso militar, ésta es bien reciente y de otro gobierno”, graficó. Recordó también los pagos al Fondo Monetario Internacional (FMI) durante la gestión de Kirchner. “Nosotros le pagamos 9.800 millones de dólares al FMI. Toda la deuda. Hoy debemos más de 57 mil millones. Y eso pasó en sólo un año… Increíble lo que pasó», puntualizó.

En ese marco, aclaró que nunca se planteó no pagar la deuda ni una quita y sugirió que hay que buscar una salida similar a la que adoptó Uruguay en 2003, en línea con la alternativa que esbozó Capello en su exposición.
“La salida puede ser diferir las obligaciones, ganar tiempo, no hacer una quita. De tal manera que la curva de exigencias de 2022 y de 2023 suba pero de modo más amesetado y que nos permita a nosotros crecer”, explicó.
En esa línea, dijo que “en estas condiciones Argentina no puede pagar la deuda”. Acto seguido habló del eufemismo del “reperfilamiento” como término para eludir un “default” del pasivo. Identificó el primero como un vocablo propio del posmodernismo.
“Esa deuda la vamos a poder afrontar en una negociación seria y sensata”, aclaró.
“No creo que haya dificultades para lograr eso. El actual gobierno tiene dificultades porque los acreedores sienten que les mintieron. Y, en segundo lugar, sienten que el Gobierno (de Macri) ha perdido el poder”, argumentó.
Consideró que habrá que discutir los términos de reperfilamiento y de una renegociación con el FMI.

Obviamente, para poder pagar, hay que generar los recursos necesarios.
En ese sentido, Fernández apuntó que, para crecer, son claves “consumir y exportar” que, indicó, “no son conceptos antagónicos”.
“Hay que empezar a promover el consumo”, aseguró Fernández y señaló: “Lo que más afectó a la economía es esa idea de que el único camino para combatir la inflación fue restringir el consumo”.
Allí hizo un aparte para cuestionar la teoría que abonó la administración de Mauricio Macri con relación a la causa de la inflación en Argentina, vinculada con la emisión monetaria.
Por medio de esa hipótesis, el Gobierno avanzó con medidas que apuntaron a secar la plaza por diferentes vías, como forma de frenar el consumo y, por consiguiente, aplacar la inflación. En ese repaso, incluyó herramientas como las Lebac o las Leliq, entre otras, y las altísimas tasas convalidadas.
“El Gobierno no tuvo en cuenta las características económicas del país”, señaló, mucho más atado al mercado interno, que instó a recrear.

Pacto social
En ese marco, Fernández puso sobre la palestra el denominado pacto social, al que ya hizo referencia días atrás.
Se trata de un acuerdo de 180 días, en el que todos los sectores serán partes. Ese pacto que debería involucrar a trabajadores, empresarios y al Estado, apuntará a recrear las condiciones para recomponer salarios pero también a evitar subas de precios y también a reducir las siderales tasas de interés vigentes.
“El secreto es hacer un acuerdo que vuelva a poner orden para hacer previsible a Argentina”, señaló.
Ese acuerdo, dijo, tendrá que poner orden y previsibilidad respecto a variables básicas como son hoy las tarifas de luz y gas, por ejemplo, que no se sabe bien cómo van a ser en el corto plazo.
El candidato cuestionó las medidas tomadas por Cristina Fernández con el “cepo” y de Mauricio Macri con la liberación de las restricciones aunque dijo que, con el panorama actual, queda claro que la primera acción fue menos nociva. De hecho, Macri terminó aplicando medidas restrictivas hoy, señaló.

Hambre y educación
Fernández introdujo entonces temas como la pobreza, la indigencia y otros más de fondo -la educación pública-.
Consideró clave abordar las necesidades básicas de la población en un país que produce alimentos para 400 millones de personas.
“El hambre debe avergonzarnos, pero tenemos que pensar en poner de pie al país. Necesitamos exportar y para eso el campo y la industria no son antagónicos. Necesitamos a todos los sectores”, indicó y buscó neutralizar el antagonismo entre uno y otro sector de la economía.
Allí dio paso a otro tema como es la educación pública y abordó la situación a partir del caso de la Universidad Nacional de Córdoba.
También introdujo la necesidad de apuntalar el desarrollo tecnológico en el campo, poniendo énfasis en la inversión en investigación.

Superávit gemelos
Finalmente, Fernández se refirió al objetivo de lograr replicar los denominados superávits gemelos.
“No me expliquen qué es el superávit fiscal, porque en los últimos cinco años en que hubo superávit, yo fui el jefe de Gabinete”, aseguró y apuntaló el concepto de potenciar al campo y la industria para propender, entre otros objetivos, a hacer crecer las exportaciones, momento que aprovechó para recordar la tarea de Aceitera General Deheza, la empresa de Roberto Urquía, referente que estuvo en primera fila en el evento y que se manifiesta afin a las políticas que impulsa Fernández.
El candidato cerró con una apelación a la “ética de la solidaridad” por parte de los empresarios a los que defendió por su rol en un país con un derrotero tan errático como el argentino.
Hizo referencia allí a la situación que le tocó vivir al escritor Marcelo Birmajer a quien horas atrás lo habían increpado por su posición política. En ese sentido, Fernández pidió terminar con esas diferencias.
Por último, el postulante del Frente de Todos hizo un racconto de la historia de Argentina desde el gobierno de Arturo Illia a la fecha y repasó todos los ciclos económicos y políticos que vivió el país desde entonces. Al llegar a 2008, Fernández dijo que una crisis externa impactó en la economía local que sin embargo siguió funcionando hasta que llegó la actual gestión.
El simplismo a la hora de graficar el gobierno de Cristina Fernández llamó la atención de los presentes que esperaban alguna autocrítica mayor con relación a ese período.

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