La cotización de la soja cae 21% en lo que va del año, alcanzando US$360 la tonelada en Chicago, el valor más bajo en términos reales desde 2006. La sobreoferta mundial, impulsada por proyecciones de producción récord en Estados Unidos, tira abajo al principal producto de exportación de Argentina.
El precio de la soja, crucial para las exportaciones argentinas, ha caído a su nivel más bajo en 18 años, situándose en US$360 la tonelada en el mercado de Chicago. Este descenso se debe a la creciente presión de la oferta, con expectativas de una producción récord en Estados Unidos.
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), la cosecha de soja 2024/25 podría alcanzar un récord de 125 millones de toneladas, superando las previsiones anteriores y contribuyendo a un exceso de oferta que ha deprimido los precios globales.
La caída del precio de la soja no solo impacta a los farmers estadounidenses, cuyas reservas y bajos precios están reduciendo drásticamente sus ingresos, sino que también afecta a las economías dependientes de la exportación de este cultivo, como la argentina.
En Argentina, donde los derivados de la soja, como la harina y el aceite, son componentes clave de las exportaciones, la situación se complica aún más debido a la reciente huelga en el sector oleaginoso, que paralizó las terminales de exportación durante seis días y retrasó los envíos. Los contratos de futuros de la soja han seguido cayendo tras los últimos informes del USDA, mientras que otros cultivos como el maíz también han visto descensos, aunque en menor medida. A escala global, la producción excedente y la débil demanda están pesando sobre los precios, lo que ha generado preocupación entre los productores y operadores del mercado.
En paralelo, fenómenos climáticos extremos en las principales regiones productoras del hemisferio norte podrían afectar las cosechas, aunque las proyecciones para el maíz y el trigo se mantienen optimistas, con solo ligeros ajustes a la baja en algunas estimaciones.
Finalmente, el mercado sigue de cerca las condiciones climáticas en el Medio Oeste de Estados Unidos, una región agrícola clave cuyo clima beneficioso hasta ahora ha sido favorable para el desarrollo de las cosechas. Sin embargo, los analistas advierten que cualquier cambio en el clima podría alterar significativamente las expectativas de producción y, por ende, los precios futuros de la soja y otros granos.