Según un estudio del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), durante 2008 la presión tributaria en el país habría superado el 30% del Producto Bruto Interno (PBI), lo que implicaría estar duplicando la existente hace treinta años.
En base a datos del Ministerio de Economía, la consultora estimó que la presión impositiva durante los años 80 se ubicó en el 15% del PBI y cerca del 20% durante los 90. Más adelante, durante la presente década, la presión alcanzó en promedio un 25% y el año pasado habría superado el 30%.
Según Idesa, esto implicaría que “el Estado se apropia de casi 1 de cada 3 pesos de los ingresos generados”, aunque aclaró también que este nivel es “inferior” al de economías más avanzadas”, donde oscilaría entre el 38 y el 40%.
De todas maneras, para la consultora las mayores deficiencias se encuentran “en la forma en que se recaudan” los recursos públicos a través de “impuestos que desalientan la producción y el empleo”.