El pasado Primero de Mayo los trabajadores cooperativistas destacaron que en nuestro país hay más de 350 fábricas recuperadas que emplean a miles de personas. Dicen que tienen un modelo propio de gestión empresarial.
El pasado Primero de Mayo no fue una celebración más del trabajo o más precisamente no fue igual para todos. Por lo menos para los trabajadores organizados en cooperativas de trabajo, fue la oportunidad de celebrar un logro histórico del cual poco se habla en los medios -los hegemónicos y los alternativos-: las 350 empresas que desde 2001 recuperaron los trabajadores de su cierre, hoy emplean a más de 25 mil personas y, a pesar de todos los vaivenes de nuestra economía, gozan de buena salud.
Por medio de un comunicado, la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) con motivo de conmemorarse el Día Internacional del Trabajador expresó: “Los trabajadores de las cooperativas nos sentimos presentes y activos en la búsqueda de soluciones a largo plazo, impulsados por un momento histórico que nos ofrece un lugar destacado, pero que a la vez nos exige lo mejor de nosotros mismos”.
Esa entidad señaló también el orgullo de que “la organización de los trabajadores en cooperativas haya permitido la recuperación de la cultura del trabajo, la integración y protagonismo social de sectores populares totalmente postergados, que no hubiera sido posible sin las políticas públicas que se desarrollaron estos años”.
En el marco del Primero de Mayo, esta confederación que nuclea cooperativas de trabajo remarcó que la historia reciente de nuestro país había puesto al cooperativismo de trabajo en un lugar que nunca se había imaginado.
“En la crisis terminal que estalló en el 2001 centenares de empresas fueron levantadas por sus trabajadores evitando su cierre definitivo y, luego, la creación de cooperativas de trabajo formó parte de las políticas públicas de generación de empleo a partir de satisfacer la demanda del Estado de bienes y servicios”, consignó la entidad.
Por su parte, el vicepresidente de la Unión Productiva de Empresas Autogestionadas, Eduardo Montes, indicó que “la recuperación de empresas comenzó entre el 2001 y el 2002, con la crisis económica”, y que “hoy se siguen recuperando empresas, “ya no por un motivo de crisis económica sino de malas conductas patronales”.
En este sentido, mencionó que “entre el 2003 y el 2007 se recuperó la mitad de las empresas recuperadas” que hoy existen, y que “entre el 2007 y el 2011, se recuperó la otra mitad”.
Modelo propio de gestión
El titular de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (Facta), Federico Tonarelli, aseguró que, tras una década de trabajo, las empresas recuperadas demostraron que son un modelo de gestión empresarial en manos de los trabajadores absolutamente posible, viable y sustentable en el tiempo.
“La inmensa mayoría de las recuperadas está cumpliendo los primeros diez años y demuestra que lo que se pensó como una salida de emergencia frente a la crisis, se convirtió en un modelo de gestión empresarial en manos de trabajadores que es absolutamente posible, viable y sustentable en el tiempo”, afirmó.
Para Tonarelli, “estamos en un momento en el que hay condiciones para que este modelo siga creciendo en el país y pueda articularse claramente con la clase trabajadora organizada en gremios y sindicatos”.
El titular de la Facta y referente del hotel recuperado Bauen, de Buenos Aires, señaló también que las empresas recuperadas con mayor antigüedad atraviesan actualmente una “segunda etapa” en la que necesitan “más articulación con las políticas públicas que hay para el sector”.
Concretamente, los dirigentes señalan que las firmas que sobrevivieron a la primera etapa ya incorporaron técnicas de gestión, pero que las crisis de 2009 y la actual requieren de instrumentos de financiamiento acordes a la realidad del sector.