Vicente Credidio, director de Atención y Relación de Totvs, señala los errores que se cometen con mayor frecuencia en el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas
Mejorar la forma en que se hacen las cosas es siempre un reto. Sobre todo para las pequeñas y medianas empresas que están envueltas en una serie de procesos alternos en su operación.
Para Vicente Credidio, director de Atención y Relación de Totvs, es indispensable saber detectar a tiempo aquellos “focos rojos” que pueden causarle un verdadero problema si no los atiende oportunamente.
De acuerdo con el experto, aunque depende de cada pyme y de su entorno, éstos son algunos de los errores de gestión más comunes y a los que hay que poner atención:
Falta de estrategia. Cuando nacen, la mayor parte de las pymes lo hace bajo supuestos que incluyen no solamente la forma de llevar su propio negocio sino también -y más importante aún- sobre las necesidades y el comportamiento del mercado. Así, corren el riesgo de no ver a tiempo peligros latentes como la competencia, nuevas necesidades del consumidor o un entorno financiero adverso. La mejor manera de impedir una situación así es implementar sistemas de control que ayuden a tener un diagnóstico siempre oportuno del estatus actual de la empresa.
Ausencia de una cultura empresarial. Son pocas las empresas que en algún momento de su vida y mucho menos al inicio de ella trabajan en la identificación de su razón de ser, su objetivo final y las características que los distinguen. Esto es fundamental para determinar el rumbo que deben seguir como corporación. Sin ello, será muy difícil mantener una identidad que sirva como eje troncal de los pasos que se den en el negocio.
El síndrome del todo. Uno de los más grandes peligros para una pyme es, definitivamente, el dueño o director que cree que lo sabe todo. Al ser, en gran medida, empresas que comienzan por un emprendedor esto es normal en los primeros años pero el crecimiento implica delegar e ir creando equipos responsables de diferentes áreas que, poco a poco, conformen el ecosistema empresarial y reporten al dueño.
La descentralización del poder requiere profesionalización y esto a su vez de un líder que sea capaz de focalizar sus energías en el corebusiness de la empresa y no en toda ella.