El régimen de control de las importaciones fue un dato central en el año en curso. Más aceitado que a principios de año, resta saber cómo continuará en los próximos meses. Entrevista a Federico Vaccarezza, economista especializado en relaciones internacionales.
Impulsado por la mejora en los precios internacionales y en la recuperación de la demanda brasileña, el sector externo argentino parece recobrar algo de aire. Por ello, con vistas a 2013 se abren interrogantes con relación al sostenimiento de la administración de las importaciones llevada adelante por la administración de Cristina Fernández. Comercio y Justicia consultó sobre ello a Federico Vaccarezza, economista especializado en relaciones comerciales internacionales, quien se desempeña en la Universidad de Tres de Febrero (Untref) y, en el ámbito privado, como operador vinculado con empresas exportadoras.
– Se esperan para 2013 mejores condiciones de acceso a los dólares por parte el Estado nacional, a partir de una buena cosecha, de buenos precios de las commodities y de una recuperación de las exportaciones en general. ¿Puede esperarse entonces un relajamiento en la administración del comercio exterior, básicamente de los controles a las importaciones?
– En el comercio exterior, si bien hubo muchas tensiones a principios de año, hay que tener en cuenta que los cambios se tienen que ir introduciendo por lo general paulatinamente. Pero aquí los cambios en el sector vinieron de una vez, con la creación de la Secretaría de Comercio Exterior, con su ubicación en la órbita del Ministerio de Economía y con un nuevo régimen de administración, en favor del desarrollo de los sectores industriales.
Hoy el humor de los operadores dentro del comercio exterior -hablo de los despachantes de aduana, de los importadores y exportadores- indica que se han acostumbrado a un ritmo de trabajo y a los tiempos y se han organizado en función de eso. Así se logró una administración mucho más eficiente en términos de las necesidades del país. Puede haber algunos que salen más beneficiados que otros, pues en todo régimen de comercio exterior es así. En este caso, el sector industrial, por medio de la protección por un lado, el financiamiento por el otro y la existencia de determinados regímenes, es el que sale más beneficiado, pero hoy por hoy no tenemos el ruido que sí existía a principios de año por la introducción de los cambios; hoy el sistema ya está aceitado.
– Entonces, ¿puede haber un relajamiento en los controles? Teniendo en cuenta además que hay rubros clave, como el de bienes de capital, en el cual las importaciones se han frenado más que en otros.
– Como decía, hoy por hoy el régimen es mucho más ágil. Las perspectivas son que el sistema pueda ser más laxo. Y lo digo hablando por clientes institucionales muy grandes con los que trabajamos, quienes tienen una perspectiva para 2013 mucho mejor que la de 2012. Este año se dieron varias cuestiones: primero una situación difícil por la crisis internacional, ante la cual el Gobierno tuvo que tomar medidas; y segundo, porque los cambios se introdujeron de una vez y en el primer semestre del año. Hay una perspectiva muy favorable para 2013, y lo digo no sólo como economista o académico sino como operador director en el comercio exterior.
– ¿Puede haber incremento de la demanda de Brasil y China en los próximos meses y en 2013?
– Con Brasil las operaciones a principios de este año tuvieron un bajón grande, importante, porque Brasil creció más lento. Pero ahora está creciendo la demanda y se prevé un muy buen 2013.
Y con China se ha mantenido la demanda, no ha habido caídas importantes. Si bien los índices a nivel internacional indicarían una ralentización, los exportadores en Argentina no han tenido cancelaciones de órdenes de compra por eso. El pulso se siente allí: en las cancelaciones de órdenes de compra, y no ha habido cancelaciones de China ni reducción de los volúmenes o de los precios.
– El Gobierno además está enfocado en abrir nuevos mercados. ¿Cómo analiza esos esfuerzos?
– Ha habido una reorganización muy interesante con la creación de la Secretaría de Comercio Exterior: se hicieron las dos misiones a Angola, un mercado que nos empieza a comprar cada vez más. Después siguieron las ferias a Azerbaijan y hoy se están organizando las ferias para Vietnam.
Desde mi punto de vista, 2012 hay que tomarlo como un año de reorganización, que se dio en un contexto difícil; y además de una reorganización interna.
– ¿Con qué objetivos fue esa reorganización?
– Primero, para defender el mercado; segundo, para promover el sector industrial, la ciencia y la tecnología argentinas, para aquellas empresas que puedan exportar con mayor valor agregado; y tercero, en busca de una mayor eficiencia, tanto en el aparato administrativo como en el sector industrial. Siempre se van a tener sectores más conservadores, pero en el sector de la pequeña y mediana industria hay una tranquilidad muy grande al advertir medidas que protegen y estimulan al mismo tiempo.
– Muchos economistas heterodoxos, y hasta el propio Gobierno nacional, postulan la necesidad de no reducir la competitividad al tipo de cambio. En ese sentido, ¿en qué otros aspectos que hacen a la competitividad del país cree que se ha venido mejorando en los últimos años?
– En primer término, en la promoción industrial; luego, en la organización interempresarial; también en la comunicación entre el Gobierno y los sectores empresariales, sobre todo en los sectores nacionales pequeños y medios; en el acceso al financiamiento mediante el crédito del Bicentenario y en el financiamiento para la compra de maquinarias; en los estímulos para la toma de empleo; y en un mayor control fiscal, que permite “afinar” mejor los recursos.