El sector puede disparar sus cifras de negocios en al menos 25 por ciento, al pasar de un peso de 10 por ciento en la economía nacional a uno de 12,5 por ciento, como mínimo. El desafío exige unión.
Por Javier De Pascuale / [email protected]
Junto con la de los medios de comunicación, la batalla de los celulares es el desafío de la hora para las miles de organizaciones que componen la economía social en Argentina. Ambos sectores mueven cifras de negocios multimillonarias, que superan 2,5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) argentino. Y ambos mercados se encuentran en pleno proceso de reestructuración a partir de cambios normativos, que en el caso de los medios reservan nada menos que 33 por ciento de la banda en radio y TV para organizaciones sociales como cooperativas y mutuales, mientras que en el caso de la telefonía móvil ya existe una reserva de 20 por ciento de la banda para una posible asociación entre estas mismas entidades y el Estado nacional.
Para estas sociedades y empresas, que hoy producen uno de cada diez pesos que se mueven en la economía nacional, una buena inserción en los mercados mediático y telefónico les permitiría captar porciones de excedentes empresariales que superan 20.000 millones de pesos. Es decir que un buen esquema de negocios para radios, TV (abierta y por cable), Internet y celulares empujaría el sector de la economía solidaria a emerger de la clásica inserción en la producción agropecuaria y, en menor medida, en servicios de salud, préstamos o servicios varios, para constituirse en un jugador de peso en negocios vinculados con la tecnología de punta. Hacerlo significaría para el sector disparar sus cifras de negocios en al menos 25 por ciento, pasando de un peso de 10 por ciento en la economía nacional, a uno de 12,5 por ciento, como mínimo.
¿Es posible soñar con esto? Para los estudiosos de las dinámicas de los sectores mediático y telefónico sí lo es. Uno de los últimos estudios -“Las cooperativas telefónicas en la Argentina”-, elaborado por la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC) que depende del Ministerio de Planificación Federal, revela que con la estructura que contaban hacia 2009 “las cooperativas tienen posibilidades concretas de negocio en telefonía móvil, radiodifusión, wi-max y CDMA 450”, siendo estos dos últimos servicios la provisión de Internet inalámbrica a grandes áreas urbanas o rurales y la telefonía móvil 3G para áreas rurales, dos servicios hoy ausentes en Argentina pero necesarios para acercar a todo el país los beneficios de una tecnología que siempre privilegió a quienes habitamos grandes urbes.
Una valoración similar realiza la Coalición para una Radiodifusión Democrática en materia de posibilidades de inserción en medios. “El sector cooperativo es el que tiene más prosibilidades de desarrollo en los próximos años”, asegura uno de los referentes del espacio, Mario Farías, a su vez vicepresidente del Foro Argentino de Radios Comunitarias (Farco). “Entre los medios de gestión social, los cooperativos son los que mayor capacidad económica tienen para responder a los desafíos que plantea la apertura de la banda, dispuesta por la ley de medios”, explica, al tiempo que advierte: “Pueden lograr una importante presencia, pero siempre que se animen no sólo a tomar decisiones importantes, asociarse e invertir, sino también -en el caso de la televisión- a producir contenidos que vayan más allá de las producciones referenciales, que se animen a la ficción, que exige por supuesto un bagaje más alto de inversiones”.
No obstante, son pocos los dirigentes del mismo sector cooperativo que se animan a hablar sobre las posibilidades de negocio que se abren en ambos márgenes de los servicios de comunicaciones en Argentina. Para Luis Pozzo, referente de la Federación Argentina de Cooperativas de Electricidad (FACE) y otros servicios públicos, “las cooperativas tienen la oportunidad de brindar a los argentinos la telefonía móvil que se merece”, la cual “por derecho propio” le corresponde al sector cooperativo, tras repasar los datos de Defensa del Consumidor que afirman que las actuales prestatarias de estos servicios “son las que mayor cantidad de reclamos enfrentan” por parte de sus usuarios. Pozzo destacó las ventajas en materia de atención personalizada y respuesta rápida que pueden brindar las organizaciones con presencia concreta en cada pueblo y ciudad del país.
Sin embargo, son pocas las precisiones que brinda el sector respecto de cuál será el esquema de negocios con el que se abordará la renovada presencia cooperativa en el mercado de la telefonía celular. “El Estado conformará una empresa prestataria de la cual seremos socios”, es la mayor definición que se alza ante la requisitoria periodística que, al parecer, acompaña en tiempo real las negociaciones que está encabezando el propio ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, con las dos organizaciones que reúnen las más de 330 cooperativas telefónicas del país, Fecosur y Fecotel. Aunque una pista sobre el futuro brindó ayer a un medio nacional el titular de la primera de esas entidades, Antonio Roncoroni: “Estaremos dentro del plan del Gobierno”, aunque para eso es esperable que “las cooperativas de todo el país se junten para participar”. Las negociaciones ya están encaminadas y en pocos días más el Gobierno difundirá los nuevos planes de lo que puede ser una nueva compañía mayorista de telefonía celular, con sello estatal pero que funcionaría, en la práctica, administrada por pymes y cooperativas de todo el país.