La frase de Theo, el personaje encarnado por Clive Owen en el filme Hijos del Hombre (Alfonso Carón, 2006), habla sobre el sentimiento de una sociedad futura ante el peligro de la extinción de la especie. La película lleva al extremo esa posibilidad.
Un grupo de personas intenta salvar a una joven embarazada de un mundo enfrentado por facciones fundamentalistas para llevarla a un barco en el cual se encuentran los mejores científicos del mundo –el Proyecto Humano-, encargados de buscar una nueva sociedad y mantener la especie.
El nuevo libro de Salvador Treber -Incógnitas y desafíos del mundo actual- se refiere a las crisis que puede causar el colapso demográfico previsto por las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Me impactaron mucho tres proyecciones hechas el año pasado: dos de la ONU y una del Departamento de Perspectivas Económicas del FMI, que indicaban que la población mundial crecería a tasa decreciente hasta 2075, luego se amesetaría y después comenzaría a decrecer. Proyectado, esto significa la desaparición del ser humano y parece que le ha preocupado a poca gente”, advierte Salvador Treber -quien fue profesor de grado y de posgrado desde 1955 a 2010 en la Universidad Nacional de Córdoba-.
Éste es el 13er. libro por él escrito y asegura que cada vez que escribió uno fue porque tenía algo para decir. “No escribo novelas de ficción. Esta realidad a mí me ha preocupado. Yo quiero aportar”, sostiene. Y dispara: “Se va a la extinción, a la superconcentración de la riqueza y a la reducción de los beneficios. Es inconcebible mantener el mundo en estas condiciones”.
Asesor de la presidencia de la Nación y ex director del Banco Central, Treber explica que el cambio “puede realizarse sólo con conciencia de especie y no con ‘minorías esclarecidas’. No hay mucho tiempo para modificar el rumbo -alerta- y ésa es mi angustia existencial, de que sea demasiado tarde. De allí el título ‘incógnitas y desafíos”, dice.
Con este libro, este pensador cordobés vuelve a sorprendernos con un tema que no está en la agenda mediática, pero no por ello es insoslayable.