La tercera isla más grande del Caribe deslumbra por sus playas paradisíacas pero también por un abanico de excursiones y exquisita gastronomía. Desde fines de octubre, sus fronteras están abiertas para el turismo de Argentina y América del Sur en general
Jamaica, la tercera isla más grande del Caribe y la de mayor tamaño de habla inglesa, es uno de los destinos más codiciados por los argentinos, quienes desde fines de octubre de este año ya tienen permitido el ingreso, anteriormente vedado a raíz de la pandemia.
La paleta de colores que pinta sus playas paradisíacas y conforma un caleidoscopio de belleza es uno de los motivos que tientan a viajeros de estos lares del continente, a lo que se suma su historia en torno al reggae, su cultura relajada del “all right” o todo está bien, su gastronomía variada y una infinidad de sitios para conocer y descubrir.
Mezcla perfecta de selva tropical, un litoral de aguas turquesa, cascadas y extensiones de arena blanca y fina, el reino de la cultura rastafari fue escenario de gran parte de la historia de América.
A continuación, diez paseos imperdibles para quien desee conocer el lugar más allá de la propuesta de lujo de sus grandes resorts.
1) Dunn´s River Falls. Una de las cataratas más grandes de la región, a cuya cima pueden escalar sin mucho esfuerzo personas de todas las edades.
2) Dolphin Cove. Una propuesta para nadar con los delfines en uno de los bellos entornos de Ocho Ríos. Incluye un parque acuático con juegos.
3) Atardecer en Negril y cruceros románticos. Uno de los momentos más esperados por los viajeros es la despedida del sol en el famoso Rick’s Café de Negril o desde los cruceros que ofrecen cenas románticas con música y cocina sofisticada.
4) Bamboo River Rafting. Es la actividad ideal para surcar el interior de la isla y disfrutar de los rápidos de este río que atraviesa la selva tropical y la montaña.
5) La experiencia de Bob Marley “Spirit of Reggae”. Se trata de un paseo por Nueve Millas, la aldea rastafari donde nació el músico Bob Marley, ubicada en plena montaña de St. Ann. La excursión incluye una visita a su casa natal y su lugar preferido de meditación Mount Zion Rock.
6) Black River Nature and Safari. Se trata de uno de los ríos que recorren la columna vertebral del país, donde se pueden apreciar desde cascadas hasta cocodrilos gracias a diversas propuestas como River Tubing y Kayak Tour.
7) Compras y gastronomía. Jamaica es libre de impuestos, por lo cual en varios sitios se puede acceder a locales de venta de joyas. En cuanto a la artesanía local, se destacan los trabajos en madera con técnicas de tradición ancestral. En cuanto a la gastronomía, la mayoría de los restaurantes ofrece comidas típicas con pollo, pescado y cerdo al jerk. También hay opciones de comida internacional, y algunos muy famosas como Margaritaville.
8) Pesca en alta mar. Los amantes de esta actividad pueden disfrutar de la pesca de ejemplares como marlin, mahi mahi, atún y king fish.
9) Mystic Mountain. Es el entretenimiento más nuevo que incorporó el destino, ideal para los audaces, ya que la propuesta es escalar la montaña en sillas y lanzarse desde el tope en bobsled (una especie de trineo ligero), practicar canopy (tirolesa) o bungee jumping (puentismo).
10) Cabalgatas. Las cabalgatas por la selva, la montaña o el mar son una tradición en todas las ciudades de la isla. Incluso hay establos para practicar salto y ver jugar polo, una de las pasiones de los jamaiquinos.
Requisitos de ingreso
Vale destacar que desde el pasado 29 de octubre, Jamaica levantó las restricciones de viaje a los visitantes de América del Sur, entre los cuales figuran argentinos, colombianos, brasileños, chilenos y paraguayos.
Los mayores de 12 años deben presentar una prueba negativa de covid-19 (de antígenos o PCR) tomada 72 horas previas al viaje.
Además, todos los visitantes a la isla requieren un documento de autorización de viaje, que debe solicitarse en https://travelauth.visitjamaica.com dentro del período de siete días antes de la fecha prevista del viaje.
Más datos en: www.visitjamaica.com
La cultura rastafari
Jamaica no es sólo una tierra de playas y sol sino también un sitio donde se cimentaron leyendas inspiradas en la cultura nacional, principalmente en uno de sus principales pilares: el rastafarismo, movimiento que considera al emperador etíope Haile Selassi, la encarnación de Cristo en su carácter de dios, al igual que eleva a esa condición al periodista de origen jamaiquino Marcus Garvey, y al príncipe Emmanuel Charles Edwards, formando entre los tres una “Santa Trinidad”.
El rastafarismo nació en los años 30 entre la población negra de clase trabajadora y combina algunas creencias milenarias de origen africano con influencias del cristianismo fundamentalista norteamericano, en especial el surgido en el seno de la iglesia Bautista. Es de destacar que no se trata de una religión en el sentido formal de la palabra, ya que no existe una organización o estructura que la sostenga, sino que debe entenderse como una particular forma de entender la vida.
La real génesis de este movimiento se encuentra en el régimen de esclavitud que regía en Jamaica en épocas del dominio europeo, cuando los esclavos (en los comienzos llegados de África y luego descendientes directos) trabajaban y morían en las plantaciones sin ningún tipo de derecho y, pese a estas condiciones, mantuvieron su cultura y tradiciones. En el siglo XX se desencadenó un movimiento de revalorización cultural que se transformó en expresión política gracias a la labor del periodista Marcus Garvey. Su tarea en la reconstrucción de los valores africanos se tradujo en el movimiento Regreso a África, que fue inspiración para darle sentido de identidad, propósito y orgullo a un pueblo desmoralizado por la esclavitud. Vale recordar la proclama de Garvey en 1916, instando a la población negra jamaiquina a mirar hacia África, donde sería coronado un rey negro. Según Garbey, ése sería finalmente el día de la liberación. Así fue como con la llegada de Haile Selassie al poder de Etiopía, en 1930, se cumplió la profecía que sentó las bases firmes del rastafarismo.
Rastafari y reggae
Bob Marley y el rastafarismo están íntimamente ligados, ya que el legendario músico fue no sólo quien universalizó la música reggae sino quien elevó al conocimiento de todo el mundo la fe rastafari.
Bob Marley nació el 6 de febrero de 1945 en la villa de Nine Miles, en la provincia de Saint Ann, 89 kilómetros al noroeste de Kingston, la capital.
Murió en 1980 y sus restos se depositaron en una cripta en Nine Miles, algo a lo que siempre se ha opuesto su viuda, quien entiende debería tener descanso eterno en Etiopía, la tierra de Haile Selassie y en la que Marley siempre había querido ser enterrado. Sin embargo, contra lo que solicita la viuda, los jamaiquinos defienden la idea de que los restos del gran Bob permanezcan en Jamaica.
Más allá de su lugar de descanso definitivo, no hay dudas que Marley es el mayor símbolo de Jamaica en la actualidad y como prueba de ello vale citar una encuesta en la que los ciudadanos votaron que debería ser declarado como el octavo héroe nacional.
Para adentrarse en el mundo del icónico cantante, un tour imperdible es la “Línea de autobús de Zion”, que implica una peregrinación musical desde Eight Rivers hasta el lugar de nacimiento y de descanso final del rey del reggae. Su conductor transita por los estrechos y sinuosos caminos rurales hasta el pueblo de montaña de Nine Miles, compartiendo relatos y anécdotas de la vida y juventud del cantante.
Cuna de cocinas diversas
Jamaica es un sitio ideal para aquellos a quienes les gusta el buen comer. La gastronomía de la isla está integrada por platos tan exquisitos como diversos, en especial por la notable influencia que a la hora de la elaboración de los sabores han tenido las cocinas africana, china, española y británica.Al repasar los platos más tentadores de esta propuesta, vale destacar el Cho-chos, un relleno con mezcla de coco, canela y azúcar morena; los pasteles de yuca, el okra -carne con limón o naranja; el popular rice and peas, arroz y frijoles acompañados por carne y pescado, y el akí, pescado condimentado con especias. Todo ello, sin olvidar el exquisito jamaican blue mountain coffee -el café de más alta calidad del mundo- y el ron, la bebida alcohólica más popular de la isla que es considerada también un símbolo jamaiquino.