La semana pasada se realizó un seminario dirigido a pequeños empresarios en el cual se expuso el tema, ademas de revisar la legislación laboral del sector.
La presión tributaria en las pymes y los problemas con la legislación laboral en este segmento de empresas fueron algunos de los temas que se abordaron en el seminario Competitividad e Innovación en las Pymes, organizado por el Ieral de Fundación Mediterránea y la Escuela de Negocios y el Programa de Empresas Familiares de la Universidad Empresarial Siglo 21.
“No hay diferencia en el tratamiento impositivo entre pymes y grandes empresas -salvo el régimen simplificado del monotributo que es para empresas muy pequeñas-. Además, el país tiene en este momento una presión tributaria récord para Argentina y también comparada con países de América Latina”, expuso Marcelo Capello, quien está al frente del Ieral.
En este sentido, el economista mostró un trabajo realizado por el Banco Mundial que compara, en 183 países, la presión fiscal de una empresa mediana cuando paga todos sus impuestos. Es decir, para realizar la comparación se le aplica a una misma pyme el sistema tributario de cada uno de los países investigados. ¿La conclusión? Argentina está entre los cinco primeros entre 183 países con mayor carga tributaria. Más aún, el estudio evidenció que en Argentina hay un “alto nivel de incumplimiento en el pago”. “En resumen, en Argentina tenemos muchos impuestos, complicados, y con alícuotas altas”, aseguró el especialista.
El sistema simplificado
Para diferenciar las pequeñas de las grandes empresas se encuentra “el monotributo o algún otro tipo de beneficio justificándolo en el hecho de que las pymes cuentan con menos información, suelen tener más restricciones crediticias y, como hay costos fijos para cumplir con los impuestos, éstos terminan pesando más sobre las empresas chicas”, puntualizó Capello en su disertación.
Esta situación da un argumento a favor sobre que debería existir un tratamiento diferencial para pymes en impuestos. En otro orden, completó el economista, de “existir una diferenciación impositiva entre grandes y pequeñas, un argumento en contra es que se induce a lo que se conoce como ‘enanismo fiscal’, es decir, que las empresas se hagan pasar por más chicas de lo que realmente son para pagar menos”.
Normas de trabajo
Siguiendo con las exposiciones, el abogado Raúl Enrique Altamira Gigena, consideró que en materia salarial es necesario “elaborar un mecanismo para que en el país, las pequeñas y medianas empresas -que son las más numerosas-, logren tener condiciones laborales iguales a las grandes empresas y que esta nivelación no sea sobre los salarios ni sobre la seguridad social”.
En este sentido, consideró que una alternativa podría ser la existencia de un régimen de costos en el gas, la luz, teléfono, agua e impuestos, para que con ese tratamiento beneficiario las pymes puedan pagar un salario igual que las grandes empresas”.
“Mientras se mantenga la doctrina de esta Corte Suprema, no hay posibilidad de que por el hecho de ser pyme abonen un salario inferior al de la gran empresa”, indicó el abogado.
Ahora bien, ¿qué sucede en otros países? Según rescató Altamira Gigena, Alemania -a modo de ejemplo- cuenta con una disposición en donde en establecimientos que cuentan con menos de diez empleados, predomina el acuerdo de voluntades. Es decir, en esos casos no se aplica la legislación laboral sino que se aplica lo convenido entre las partes.
“En materia salarial hay que borrar y dar de nuevo con un esquema innovador donde, si se quiere analizar y proteger realmente la industria pyme, se instrumente con resortes como la rebaja o exención de algunos servicios o impuestos para que los empleadores puedan responder de manera eficiente a los costos salariales”, finalizó.