En un año económico complejo y con urgencias en materia de adaptación tecnológica, los profesionales cordobeses sintieron el impacto en sus ingresos y condiciones laborales. El balance de la presidenta de Fepuc, Eugenia Peisino, que nuclea 32 colegios, consejos y asociaciones

El sector profesional en Argentina ha enfrentado un año particularmente desafiante bajo el gobierno de Javier Milei, caracterizado por un contexto económico complejo y transformaciones tecnológicas que demandan adaptación inmediata. Según la presidenta de la Federación de Profesionales de Córdoba (Fepuc), Eugenia Peisino, las consecuencias de este periodo se han sentido tanto en los ingresos como en las condiciones laborales de los profesionales.
“En los últimos 10 años, los profesionales hemos experimentado una pérdida sostenida de poder adquisitivo. Sin embargo, este año la caída fue más abrupta y notoria debido a la situación económica general”, analizó la dirigente profesional para Comercio y Justicia.
En este contexto, la adaptación ha incluido el aumento del pluriempleo y la monotributización, y el deterioro de las condiciones laborales.
Actualmente, 30% de los profesionales trabaja más de 10 horas diarias. “Quiere decir que un tercio de los profesionales estamos trabajando más de lo que corresponde saludablemente”, advirtió la médica.
El impacto también fue desigual entre los diferentes grupos de profesionales. Mientras que los asalariados lograron mitigar parcialmente las pérdidas gracias a las negociaciones paritarias, los independientes fueron los más perjudicados, también impactaron los despidos en el sector público.
“El sector independiente es el que más perdió, porque el asalariado, a través de la paritaria, aunque no haya seguido a la inflación medianamente le permitió sostenerse o perder proporcionalmente menos que el profesional independiente”, afirmó. 

Fortalecer las instituciones
A pesar de este panorama adverso, destacó avances en la federación que nuclea a más de 32 colegios, consejos y asociaciones profesionales de la provincia. “Uno de los mayores logros de este año fue mantener y fortalecer nuestras instituciones. Esto no es menor en un contexto tan agresivo, donde muchas veces las organizaciones tienden a diluirse”, señaló Peisino. Logros como la reincorporación de colegios profesionales, la ampliación de la base de integrantes y la consolidación de la encuesta anual de condiciones laborales son algunos de los ejemplos mencionados.
“Pudimos tener un rol activo, acompañamos la Marcha Universitaria, tuvimos mucha repercusión con los datos del Observatorio de Profesionales tanto en el Día del Trabajador como en el Mes del Profesional, logramos visibilizar más el sector y la problemática que tiene hoy y tuvo hace un tiempo atrás”, graficó Peisino.
También subrayó la importancia de la acción colectiva en defensa de los honorarios profesionales. En este sentido, destacó el trabajo conjunto para presentar un proyecto de ley que garantice un piso mínimo de honorarios, reconociendo su carácter alimentario. “Esto nos permitirá establecer condiciones de igualdad entre las profesiones y asegurar una retribución digna”, sostuvo.
En este sentido, la federación presentará un proyecto en la Legislatura para recuperar un mecanismo regulatorio que permita la actualización constante de los honorarios.

Tecnología como desafío y oportunidad 

En paralelo, el sector profesional enfrentó este año la necesidad de adaptarse a los avances tecnológicos, especialmente en lo relativo a la inteligencia artificial (IA).
En este sentido, la presidenta de Fepuc advirtió que la IA representa una revolución comparable a la industrial, con implicancias significativas en cómo se genera y utiliza el conocimiento. “Así como en su momento se temía que las máquinas reemplazarían a los operarios, hoy los profesionales sienten que la IA ataca el ámbito del conocimiento. Sin embargo, es crucial entenderla como una herramienta positiva”, destacó.
El principal desafío, afirmó, es fomentar una capacitación continua en el uso de estas tecnologías. Aunque las universidades tardan aproximadamente una década en actualizar los perfiles de sus egresados, los colegios profesionales y las instituciones educativas deben trabajar juntos para acortar esta brecha. Quien no adopte estas herramientas quedará rezagado. “No queda otra manera, el que no lo comprenda de manera individual, va a quedar afuera”, dijo.
Otro punto destacado fue la necesidad de garantizar equidad en el acceso a la tecnología. “Esto no solo afecta a la población en general sino también a los profesionales”, expresó.
Finalmente, subrayó la importancia de mantener la unidad del sector profesional como estrategia para enfrentar estos desafíos: “Debemos analizar lo que nos sucede, exponer nuestras problemáticas comunes y trabajar juntos, independientemente de las particularidades de cada profesión”.