COLUMNA DE JUSCOM
Por Marcelo Báez (*)
Nunca antes la Justicia Argentina tuvo tantas posibilidades de comunicar. Hay que retrotraer la mirada hacia 1987 cuando Jujuy y Formosa crearon sus primeros dispositivos comunicacionales para comprender la magnitud de la transformación experimentada.
Se pasó de la comunicación ocasional a una comunicación activa. Del oscurantismo absoluto a una transparencia que gana espacio ya no solo en los medios tradicionales, sino que recurre a formatos innovadores.
Ya no se informa solo con un parte de prensa que resume en un formato accesible una resolución judicial. Se crean reels de Instagram con información judicial y se hacen vivos en YouTube de audiencias. Así, se lleva el debate de la sala a las pantallas de los distintos dispositivos de las personas.
Hay noticias judiciales en el formato tradicional y muchos contenidos judiciales en la red. Se han multiplicado las cuentas de dispositivos comunicacionales en Instagram, donde el protagonista es el video.
El cambio ha ocurrido con demasiada rapidez. Se pasó de elaborar noticias a partir de resoluciones judiciales a convertirlas en piezas adaptables a distintos formatos comenzando por placas con texto.
La transformación de los hábitos informativos y de lectura de las personas es el factor principal. Es que esto no solo impacta en la industria periodística, sino en todos los emisores de información.
Los dispositivos comunicacionales deben afrontar estas tendencias conociéndolas. Porque si la ciudadanía elude activamente las noticias, tal como lo marcó el Digital News Report 2024 que elaboran el Instituto Reuters y la Universidad de Oxford, se deben plantear estrategias para que la actividad judicial se conozca.
Según el capítulo dedicado a Argentina, “el porcentaje de gente que dice estar muy o extremadamente interesadas en las noticias ha permanecido bajo, en un 45%, en contraste con el 77% de 2017”.
El trabajo citado adelanta el agotamiento de las audiencias respecto de los medios televisivos tradicionales, lo que explica el crecimiento del streaming y la adopción de un formato similar en las transmisiones televisivas. “Argentina se encuentra entre los países con niveles más bajos de confianza en la prensa”, sostiene el trabajo.
Esta afirmación marca la necesidad de los equipos comunicacionales de la Justicia Argentina de llevar adelante una comunicación panorámica. Algo parecido a sentarse en la terraza y ver en 360.
La resiliencia de los equipos comunicacionales de la Justicia Argentina es una característica distintiva. Por citar, durante el reciente Foro de Prensa y Comunicaciones de la Junta Federal de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia de las provincias argentinas y Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se abordó en dos jornadas el empleo de la Inteligencia Artificial (IA).
La IA está cambiando el periodismo y las formas de producción informativa. Desde avatares hablando con voces sintéticas hasta imágenes generadas a partir de un prompt, como publicó recientemente el equipo de la Función Judicial de La Rioja (@funcionjudiciallarioja), en su cuenta de Instagram.
Se abre un horizonte de posibilidades nuevo para que la comunicación judicial irrumpa en la conversación pública con fuerza y con formatos adaptados a las demandas actualizadas de una sociedad en cambio.
(*) Instituto de Comunicación Digital de JusCom.